La inseguridad que pareció darle un respiro a los vecinos a partir de la salida a la calle de nuevos 900 agentes recrudeció esta semana a niveles similares a los días previos, cuando en las redes sociales se percibía el malestar y el temor social por lo que se vive en las calles.
Las denuncias se multiplican en las redes sociales con testimonios de damnificados que no quieren «perder tiempo» haciendo la denuncia en una oficina policial porque descreen del trabajo de investigación posterior.
Y esta semana El Trapiche, La Florida, Río Grande y toda esa zona turística parecieron quedar en el ojo de la tormenta.
Sergio Panuska, socio gerente de la firma Comservar dedicada a la desinfección y control de plagas, denunció en los medios que por tercera vez roban en su construcción en Río Grande. «Estoy armando un casita, pero a este ritmo, con los robos, la voy a terminar en 2030 más o menos. Lo que pongo me lo roban» dijo.
El comerciante contó que es la tercera vez que le roban. «Anteriormente me robaron el tanque de agua; ahora se me metieron y me desvalijaron el baño, se llevaron todos los sanitarios en mi construcción. Pero lo que más bronca me da es que cuando me encuentro a un patrullero y le cuento, me dice «señor no tenemos móviles, tenemos uno solo, y cuando nos llaman de La Florida, o del Camping de la Universidad, los chorros terminan pasando frente a la Policía y no los podemos ver nunca», contó.
«Me da mucha bronca porque he estado averiguando y resulta que ya han robado en un montón de casas, cada fin de semana. A una casa le robaron hasta el motor del portón corredizo. Me da la impresión que a las autoridades esto les entra por un oído y les sale por el otro. Lo único que nos queda es hablar en los medios. El tema es que es un lugar turístico, lindo, pero quién va a ir a invertir así? Los lugares que ponen en venta es porque se cansan de los robos» relató.
Otro grave hecho de inseguridad lo vivieron un par de jóvenes emprendedores que han desarrollado un pequeño parador de alquiler de kayaks, en la costa del dique La Florida a metros del primer murallón.
Esta semana esa instalación apareció devorada por el fuego, con parte de su mobiliario tirado en el agua.
Juan Quiroga es uno de los emprendedores que decidió iniciarse en el negocio del alquiler de kayaks, tablas de windsurf e hidro-pedales, en un espacio cedido por San Luis Agua en la costa del espejo de agua.
«Nos quemaron la casilla que adentro tenía remos, torpedos para nadar, ropa, colchones, chalecos, quinchos, canastos de basura, sillas, y hasta los papeles del emprendimiento», cuenta. Quiroga supone que como no pudieron entrar a robarles, les hicieron el mayor daño posible.
«Somos de La Florida, tenemos vida social y ayudamos en el pueblo. Pero vemos que hay mucho vandalismo, hay vía libre, sé que en los últimos días desvalijaron una casa, mi pareja que tiene un complejo de cabañas encontró días pasados a un intruso merodeando en la zona, está complicada la situación» relató esta semana.
En su caso se hizo la denuncia policial. No obstante habla de una situación inquietante. «En la zona están pasando muchas cosas y es tierra de nadie. Con la pandemia, a las 2o está toda la gente adentro, pero en las calles andan robando después de esa hora».

Falta iluminación? Falta desmalezar? Falta instrumental? Faltan móviles? Faltan efectivos en la zona? Qué falta para que los vecinos puedan vivir sin temor?.
Si bien la seguridad no es básicamente competencia municipal, el intendente Juan Manuel Rigau debería ponerse al frente de esta inquietud vecinal, empezando por resolver las cuestiones que desde la gestión municipal pueden colaborar con la seguridad. También los concejales Diego Guevara, María Orfelia del Pozo, Adriana Cravero y Hugo Ojeda. ¿No va a hacer nada la diputada por Pringles, Paola Barrera que vive en El Trapiche; y los otros dos diputados departamentales que viven en La Toma, Norma Barrera y José María Escudero. Y el Senador departamental Daniel Camilli.? Quién responde por los vecinos de esta amplia zona del departamento Pringles.