Algunos ya tienen sobre sus espaldas cuatro años de gestión, otros apenas nueve meses. Son los intendentes de varias ciudades y localidades de la provincia con la difícil tarea de gestionar desde la primera línea de exposición con los vecinos, en una situación excepcional: en el medio de una pandemia y con niveles de recaudación inéditamente bajos y que están muy lejos de poder solventar la ejecución de obras de infraestructura clave.
Es cierto que hay excepciones, pero mayoritariamente hay más necesidades que satisfacciones. Hagamos un ligero repaso por algunas intendencias.
La Toma.
Ernesto «Pipi» Ali tiene un arduo trabajo por delante y dio los primeros pasos en ese sentido. Esa primera imagen ha sido muy buena. La Toma venía de una gestión municipal con muchos problemas.
Las primeras acciones de «Pipi» Alí fueron muy acertadas, tuvieron un alto impacto entre los vecinos, y ahora está atravesando la pandemia con la esperanza de recuperar ese ritmo inicial de trabajo.
En los primeros meses hubo tareas de bacheo, de iluminación en varios barrios, se limpiaron las calles y se trabajó en la limpieza y puesta a punto de la planta de agua de La Toma. Todas estas acciones tuvieron una repercusión muy positiva entre los vecinos.
Actualmente trabajan en el arreglo de calles y en plan de desarrollo forestal desde La Toma, y por los distintos caminos a las localidades próximas
Una vez finalizada la situación excepcional de la pandemia, «Pipi» Alí deberá ponerse manos a la obra para recuperar el muy obsoleto parque automotor de la municipalidad. Ese es un reclamo histórico que afecta la prestación de los servicios porque los vehículos son muy antiguos y se viven rompiendo.
San Luis.
Por ahora no hay obras de magnitud en ejecución. Los desagües pluviales sobre la Avenida Lafinur que comenzaron en la gestión del ex intendente Enrique Ponce aún no terminan, si bien están bastante cerca de llegar al cauce del Río San Luis. La paciencia de los vecinos es a prueba de ensayo y error, porque se avanza 200 metros y se vuelven a reconstruir 100.
Los permanentes cortes de agua que afectan principalmente a la zona sur de la ciudad, el colapso de cloacas, y la incertidumbre permanente sobre la prestación del servicio de transporte urbano siguen siendo puntos muy flojos de la administración de Sergio Tamayo.
Esta semana empezó a pintar de gris los postes de los semáforos y su estrategia de comunicación fue comparar esa acción con la tendencia de las capitales del mundo para reducir la polución visual. Claro que en las ciudades elegidas no hay ni falta de agua, ni cloacas explotadas, y sobre abunda la oferta de transporte urbano.
Sigue sin poder mostrar el norte de su plan de gestión. No se trabaja sobre las prioridades. Y nada ha dicho aún sobre su mayor promesa de campaña: la construcción de una doble vía sobre el trazado de la ruta hacia San Juan.
Juana Koslay.
La ciudad tiene la prestación de los servicios básicos en un nivel de excelencia. Palabra de vecinos y de miles de puntanos que cada fin de semana atraviesan Juana Koslay rumbo al circuito serrano.
Toti Videla ha capitalizado a la intendencia en más de 45 millones de pesos en maquinaria de servicios municipales y anunció la construcción de un moderno centro de monitoreo con cámaras de seguridad propias y la compra de unos seis vehículos 0 km para que circulen en “modo de prevención” del delito por las calles de Juana Koslay. Este es un interesante aporte para lograr una mayor seguridad, si bien la primera y última palabra es responsabilidad policial y del gobierno provincial.
La limpieza por parte del Municipio de los terrenos baldíos privados en situación de abandono y suciedad, ha ayudado a cambiarle la cara a la ciudad, porque un terreno descuidado transmite la sensación de inseguridad. Esa política generó deudas a favor del municipio por dos millones setecientos mil pesos y ha permitido recaudar trescientos mil pesos por ese concepto.
Merlo.
Enrededado en un debate que no esperaba de tal magnitud, el intendente Juan José Alvarez Pinto tiene la decisión política de atar el cobro de las tasas y servicios municipales a la boleta del servicio eléctrico.
Eso le valió una polémica con marchas de vecinos representativos de distintos sectores de la ciudad, la firma de peticiones digitales para rechazar esa iniciativa, firmes reacciones legislativas de la oposición – pese a que logró aprobar esa ordenanza- y una convocatoria a una posible audiencia pública para discutir esa modalidad de cobro municipal.
Por ahora puso en valor dos plazoletas frente al arco de Barranca Colorada e inició un plan de bacheo que, si bien para algunos es un trabajo menor, otros dicen que ya es mucho más que lo hizo por las calles de la villa turística la anterior gestión municipal.
Villa Mercedes.
Maxi Frontera tiene que desovillar una madeja muy complicada. Cuando inició su gestión en diciembre pasado dijo que se encontró con una plantilla de 172 funcionarios de la anterior administración municipal, muchos de los cuales perdieron esa condición pero se convirtieron en planta permanente de la intendencia. Actualmente Frontera tiene 84 funcionarios a cargo.
Los nudos de esa madeja llegan hasta Obras Sanitarias que sólo en el mes de diciembre pasado tuvo un déficit de 4 millones de pesos.
Colegas de Villa Mercedes aseguran que Obras Sanitarias prácticamente tiene más gerentes que gente trabajando en la calle. El 68% de su personal se desempeña en oficina. Hoy ha logrado un ahorro de 2 millones de pesos.
Claro que el colapso en el servicio de agua y cloacas lo sufren los vecinos, de hecho es un reclamo histórico en Villa Mercedes. Tiene tanta antigüedad como años en el cargo por parte de su gerente de planta (8 años), José Ucelay quien además es desde hace 15 años secretario general del Gremio.
La gran promesa de campaña de Frontera fue abordar este aspecto de la gestión municipal para luego poder brindar mejores servicios a los vecinos.
Otros dos aspectos generan inquietud entre vecinos y comerciantes: el desorden del tránsito y los «controles abusivos» en comercios en plena pandemia con multas desproporcionadas.
La Punta.
El caso de Martín Olivero es distinto al de sus pares en varios aspectos. Para muchos, su pertenencia política a un espacio opositor al del oficialismo provincial podría significarle numerosas incomodidades, sin embargo a lo largo de su primera gestión y en lo que va de esta, se ha plantado con firmeza acompañando los reclamos vecinales cuya solución es responsabilidad de Terrazas del Portezuelo: transporte interurbano, viviendas, seguridad, y coparticipación de fondos. Y ha gestionado con solvencia las demandas que son propias de la gestión municipal.
En los últimos 60 días presentó los avances de obra del Parque Lineal Juana Azurduy, sobre Calle 13, que integrará a más de una decena de barrios, licitó la compra de luminarias led para llegar a las dos mil en funcionamiento con esa modalidad y esta semana inició la construcción de un nuevo acceso pavimentado a la ciudad, el acceso Sur, que consiste un boulevard, totalmente iluminado, y con obras complementarias como alcantarillas.
Justo Daract.
Alfredo Domínguez se ha enfocado en los servicios básicos del pueblo. Justo Daract viene de una situación muy complicada, con gestiones que no pudieron resolver necesidades básicas.
Domínguez ha comenzado muy bien con esa tarea de ordenamiento de los servicios básicos. Se nota el trabajo de limpieza en las calles que estaban sucias, el recambio de luminarias que no funcionaban, la reparación de bombas de agua que estaban rotas y un mayor movimiento de personal municipal en las calles. “El pueblo se ve más lindo” dicen algunos vecinos de modesta exigencia en el pueblo de corazón ferroviario.
Pero hay mucho por hacer. Un gran plan de bacheo para mejorar la transitabilidad de las calles, y la continuidad de las obras de la nueva terminal de colectivos que se comenzó frente a la Plaza principal y frente al edificio Municipal, pero que quedó abandonada y no se ve movimiento de trabajadores. De hecho todavía están en pie los carteles que indican que por esta fecha debería haber gente trabajando.
Domínguez dijo que trabajaría para recuperar el histórico Anfiteatro sede del Festival de Tango que quedó devastado, y hasta sin butacas. Al decir tanguero, ya nunca me verás como me vieras…
Pero hay una idea que genera esperanzas entre los vecinos. La recuperación de la mayor cantidad posible de puestos de trabajo en las fábricas del pueblo. Azotado por el desempleo, Justo Daract requiere de todo el empeño de Domínguez para cumplir con ese compromiso de campaña.