Diego Lorenzetti está seguro de que la Justicia se sacó la venda de un ojo. Y que el ojo con el que mira es político.
Solo así entiende que el máximo tribunal puntano haya declarado la nulidad de la sentencia por la cual fue absuelto en julio de 2020 tras el juicio por el crimen de su esposa, Romina Aguilar.
Siempre calculó que este era un escenario posible, que se trata de una cuestión política, siente que le juegan sucio y que inexorablemente deberá ir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Su abogado, Marcos Juárez aseguró esta semana que «Sería una barbaridad que se haga un nuevo juicio, diría un absurdo jurídico… el fallo en definitiva anula una sentencia pero no declara su culpabilidad, además en un nuevo juicio podría salir nuevamente absuelto de hecho esto puedo ocurrir sin ningún inconveniente».
Juárez calificó el fallo del Tribunal Oral que juzgó a Lorenzetti como impecable y señaló una curiosidad: ninguno de los defensores de los otros acusados solicitaron un nuevo juicio.
En su entorno las declaraciones políticas son muy fuertes. Saben que pierden -dicen- por eso hacen estas cosas.
Argumentan que Lorenzetti es el claro triunfador de la elección de noviembre próximo en la que se juega la intendencia de La Calera -cargo que él desempeñaba al momento del crimen de Romina Aguilar- y que lo quieren dejar fuera de juego porque con su triunfo, ni su contrincante del frente oficialista Mabel Leyes sería intendenta, ni su hermano Alberto, que va como segundo candidato diputado provincial por Belgrano, ingresaría a la Cámara de Diputados.
“Diego está tranquilo. Esto tal vez le juegue a favor porque la gente se da cuenta. Fijate que sacan la resolución a un mes de la elección. Hace meses que los Leyes andan diciendo que tienen todo arreglado para que Diego no pueda ser candidato” dicen alrededor de Lorenzetti. Muy fuerte.