“El poder de inspirar a la gente no es algo frecuente. Y tampoco estos tiempos lo son. Tal vez pienses que no estés preparado, pero no eres tú el que elige el momento. Es el momento el que te elige a ti. O bien aprovechas la que puede ser tu única oportunidad, o decides si estás dispuesto a vivir el resto de tu vida con la conciencia de que ya ha pasado”.
Esa fueron las palabras que necesitó escuchar el joven senador Barack Obama para entender que los planetas podían alinearse detrás de su mayor sueño político.
Se las dijo alguien que llegó a completar 47 años como Senador por Massachusetts y que algo de la relojería de los tiempos políticos comprendía: Edward Moore “Ted” Kennedy, hermano del ex presidente John F. Kennedy y hermano del Senador Robert F. Kennedy.
Esa anécdota forma parte de las voluminosas memorias que el ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama acaba de publicar bajo el título “Una tierra prometida”, que editó en nuestro país Debate y que fue elegido en la red social “Goodreads” como el libro del Año 2020 en el género non-fiction.
A lo largo de casi 900 páginas está contado todo su primer mandato. Obama prometió un segundo tomo con su segundo período en la Casa Blanca.
Sus primeros pasos en redes de trabajo solidario, su ingreso al mundo de la política, su primera candidatura a Senador, sus derrotas, y su carrera hasta convertirse en el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos.
La crisis económica de 2008, el estadillo de la burbuja inmobiliaria y la caída de Fannie Mae y Freddie Mac que concentraban el 90% de las hipotecas -2,3 millones de ejecuciones en marcha-; la crisis de Wall Street; el rescate de los bancos; el salvataje de Ford, GM, Chrysler –la que fusiona con Fiat-; la gestión y tensión en la búsqueda de lograr los consensos parlamentarios que permitieran autorizar desembolsos de miles de millones de dólares para combatir la recesión y el desempleo que habían llegado a niveles casi inéditos o sólo comparables con la gran crisis de 1929.
Los planes sociales, la reducción de impuestos a la clase media y la obra pública, como ejes de la recuperación del país. Allí está todo.
También los planes de asistencia médica Medicare –para personas mayores- y Medicaid –para personas necesitadas-, el ajedrez geo político, Rusia, China, Europa, el cambio climático, la explosión y el derrame de la plataforma petrolera de Deepwater, y su fugaz paso por Argentina. La presencia militar en Irak, Afganistán, su relación con los padres de los jóvenes soldados que regresaban heridos, mutilados o muertos; la ley “no preguntes, no digas” sobre la homosexualidad en el Ejército, y el seguimiento en vivo de la “Operación Lanza de Neptuno” que culminó con el asesinato del terrorista Osama Bin Laden, escondido en Pakistán.
También divertidas anécdotas con detalles de cómo y con quienes redactaba sus discursos públicos, sus cervezas en la Casa Blanca, Paul Mc Cartney cantándole “Michelle” a su esposa en una gala, su relación con los medios –en especial, la republicana Fox News y la emergente figura política de Donald Trump- sus viajes en “la Bestia” y las comodidades del “Air Force One”.
Dos personajes son onmi-presentes en el libro, y por esa condición, están permanentemente referenciados: en primer lugar, su esposa Michelle; en segundo lugar, la memoria de los “padres fundadores” de Estados Unidos. Acaso todas las acciones de Obama parecen inspiradas o justificadas en mandatos éticos transferidos por esas personas.
Claramente no son las memorias de Churchill –el tiempo histórico narrado es también determinante- pero el libro, pese a su tamaño, se lee de una corrida e incluye algunas páginas con fotografías de momentos especiales para Obama.
Una curiosidad más, en este caso sobre los gastos de la familia del presidente, narrados por el propio Barack: “(Merece la pena señalar aquí –sólo porque la gente suele sorprenderse cuando se entera- que la familia del presidente paga de su bolsillo cualquier nueva pieza de mobiliario, al igual que todo lo que consume, desde comestibles hasta el papel higiénico o empleados suplementarios para una cena privada con amigos).