Opina Joaquín Mansilla.
La semana pasada presenté las contundentes cifras del Indicador Familiar de Acceso a la Alimentación que hizo nuestro ISEPCi (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana). Para el segundo semestre de 2020 dos tercios de los hogares en los barrios populares de San Luis están bajo la línea de indigencia. Y sólo el 20% recibe algún tipo de asistencia alimentaria cuando en el resto del país el promedio es del 65%. En San Luis el “modelo ejemplar” y las “políticas exitosas” de las que se jacta el oficialismo siempre entraron en contradicción con los números, que plantean una situación diametralmente opuesta al relato. Con esta lectura, seguimos luchando para llegar al gobierno y terminar con la pobreza de una buena vez.
Desde mi partido, Libres del Sur, venimos advirtiendo cómo el gobernador anunciaba la puesta en funcionamiento de políticas sociales meses antes de cada elección que, lejos de ser una política de contención social a largo plazo, fueron ejes meramente electorales, volcando recursos públicos para hacer clientelismo con los que menos tienen. Aquello quedó demostrado cuando, pasada cada elección, fueron cerrando la mayoría los espacios de contención social. Siempre se encargó Alberto Rodríguez Saá de negar sistemáticamente algún indicio de pobreza en la provincia. Pero el trabajo de las organizaciones sociales de los sectores populares y el desajuste económico que sufrían los sanluiseños, hizo cada día más evidente las falencias del discurso oficialista.
Más allá de las palabras vacías de Alberto Rodríguez Saá, el oficialismo no ha asumido que nos encontramos en una situación de peligrosa inseguridad alimentaria. Lo prueban diferentes estudios realizados por la ONU, la Universidad Católica Argentina y el Indicador Barrial de Situación Nutricional (IBSN) elaborado por el ISEPCi, que afirma que el 42% de los chicos de entre 0 y 19 años sufre algún tipo de malnutrición en San Luis, producto de la imposibilidad de las familias de acceder a los alimentos necesarios para sostener una dieta digna.
Como dirigente político puntano, siempre he tenido en claro que más allá de los distintos gobiernos nacionales, San Luis tuvo y tiene todos los recursos necesarios para terminar con la pobreza. Los recursos coparticipables se han incrementado en los últimos años y sin embargo, según el INDEC, lo que ha aumentado fuertemente es la cantidad de sanluiseños por debajo de la línea de la pobreza y la indigencia.
Desde Libres del Sur, no nos quedamos de brazos cruzados ante esta situación. Con casi dos décadas de existencia en la provincia, siempre hemos abordado las problemáticas populares en San Luis con militancia y mucho compromiso con los más humildes. Actualmente nuestra organización se sostiene con más de un millar de referentes que en los barrios y en toda la provincia militan día a día frente a las injusticias que genera este modelo feudal.
Desde que asumí mi banca de diputado en la Legislatura Provincial en 2017 como representante de Libres del Sur en el frente San Luis Unido, toda nuestra tarea ha estado apuntada a señalar éstas problemáticas y hacer propuestas constructivas que el oficialismo no ha escuchado. He presentado proyectos de ley como la Emergencia Alimentaria, la ley para declarar como Derechos Humanos los servicios básicos, y he propuesto un bono extraordinario para todos los beneficiarios de planes sociales y empleados provinciales que cobren sueldos por debajo de la Canasta Básica Alimentaria.
Mi compromiso es seguir construyendo una opción política que pueda gobernar y terminar con la pobreza en San Luis, y así poder tener una sociedad más justa y una mejor calidad democrática. Es la responsabilidad de toda la oposición genuina de la provincia vencer en las elecciones al oficialismo para poder construir una provincia moderna y con justicia social.
Joaquín Mansilla. Diputado Libres del Sur.