La puesta en escena de la asunción de Damián Gómez como intendente de Potrero de los Funes despierta una enorme expectativa para los vecinos de esa localidad, la segunda en relevancia turística de la provincia luego de Merlo.
Fue el único intendente que asumió con la presencia de la mesa chica de conducción de Terrazas del Portezuelo a pleno, junto a la diputada nacional María José Zanglá, funcionarios en invitados especiales. Todo un despliegue “simbólico” sobre un territorio políticamente adverso hasta entonces. Como un acto de Terrazas fuera de Terrazas.
Esa relevancia escenográfica alienta expectativas de vecinos con numerosas necesidades insatisfechas y postergadas en tiempos de confrontación política entre el Ejecutivo Municipal y el Ejecutivo Provincial.
El servicio de agua potable es uno de ellos. Un reclamo que requiere de la asistencia financiera de la Provincia para poder ser resuelto conforme lo demandan los vecinos.
Pero también la vida alrededor del ex Circuito sobre cuya jurisdicción siempre hubo disputa y en donde hoy abundan los excesos poniendo en peligro el movimiento turístico natural.
Los vecinos y los visitantes de cada fin de semana que llegan hasta Potrero reclaman contra ese enrejado, pura contaminación visual, que le quitó parte del atractivo natural al paisaje del lago.
Hay muchos más, -amén de los compromisos de Gómez durante la Campaña-, algunos de vieja data, como la promesa nunca cumplida de un nuevo camino de acceso a Potrero de los Funes para aliviar el desbordado ingreso por la Quebrada de los Cóndores.
El reloj se puso en marcha. Es la hora de la expectativa de los vecinos y es tiempo de trabajo para que el intendente legitime con su gestión su ajustado triunfo -36% de los votos-, en un territorio en el que Claudio Poggi ganó con más del 45% de los votos.