Las multitudinarias marchas que esta semana se vivieron en la ciudad de San Luis y en menor medidas en otras localidades de la provincia, tuvieron un efecto inmediato.
Esa es la lectura que se hace en los foros entre comerciantes. Que lograron que el Gobierno provincial autorizara la apertura de varios rubros gracias al nivel de impacto que tuvo la convocatoria.
El razonamiento que más se escucha es que si no hubiesen marchado, nada hubiese cambiado. De hecho las estadísticas con relación al número de contagios de coronavirus son ahora más inquietantes que en los días de la primera fase uno.
Colateralmente surgió otro interrogante sobre la posibilidad de la creación de una cámara que represente al sector privado puntano, cuya imagen de conducción –fundamentalmente la figura de su presidente Vito Carmosino- quedó dañada.
No fueron pocos los comerciantes que hicieron público su malestar por la interpretación que se le dio a un mensaje de whatsapp en el que Carmosino les advertía a los comerciantes que, en Terrazas del Portezuelo –el ministro de Gobierno-, no veía con buenos ojos la realización de una nueva marcha, por la del miércoles pasado, luego de que los propios comerciantes fueron recibidos el lunes previo para plantear nuevamente sus reclamos.
Ese mensaje no hizo más que potenciar la participación de comerciantes y de trabajadores del sector privado que le dieron a la marcha del miércoles una fuerza casi inédita, y que muchos se atrevían a calificar como nunca vista desde las marchas de la Multisectorial en 2004.
Las demandas aún no han sido plenamente satisfechas, pero el clima quedó descomprimido y en el sector aguardan que en los próximos días se siga ampliando el margen de trabajo en nuevos rubros.
Datos oficiales del ministerio de Trabajo de la Nación y que publicó esta página la semana pasada, dan cuenta del enorme deterioro que vive la actividad privada puntana, con el récord de 54 meses de estancamiento y una caída interanual del orden del 7,5%.