De la hegemonía al papel residual

En diciembre pasado ya lo advertíamos: el Partido Justicialista podía seguir retrocediendo. Hoy, con una derrota por más de 21 puntos frente al frente oficialista de Claudio Poggi, el PJ se confirma como un espacio político en estado residual.
La nueva conducción del PJ: Rodríguez Saá y Catalfamo.
12 de mayo de 2025

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En diciembre de 2024, DePolítica adelantaba en un artículo que el oficialismo ganaría las elecciones legislativas y planteaba una pregunta clave: ¿Qué resultado podría esperar el Partido Justicialista de San Luis en la elección de 2025?.

Había entonces tres números posibles para pensar el futuro inmediato del espacio que conduce Alberto Rodríguez Saá: 44, 27 o 18. Hoy, con los datos sobre la mesa, queda claro cuánto había de certeza en aquel interrogante y en aquellos números: sacó 26 puntos.

Decíamos en diciembre:

Que el oficialismo provincial ganará las elecciones legislativas 2025 es algo que está fuera de discusión. Nadie cuestiona esa previsión aún cuando faltan, según algunas estimaciones, unos seis meses para ir a las urnas. En todo caso la incógnita gira en torno a la cantidad de votos que logrará sacar el Partido Justicialista en manos de Alberto Rodríguez Saá. Y con ello, la cantidad de legisladores que logre colar en las bancas de la Cámara de Diputados para el período 2025-2029.

Decimos hoy:

El justicialismo puntano perdió este domingo por más de 21 puntos frente al frente oficialista Ahora San Luis, liderado por el gobernador Claudio Poggi. Un dato que no sólo confirma el retroceso electoral que se venía advirtiendo desde 2023, sino que termina por definir el estado actual del PJ como un espacio residual, no sólo por su caudal de votos, sino también por su estructura dirigencial cada vez más reducida y encapsulada.

Decíamos en diciembre:

¿Cuántos puntos más ha perdido el PJ desde que se fue del Gobierno y la masa dirigencial se dispersó? 

¿Cuántos puntos más ha perdido el PJ desde que buena parte de su militancia se vio decepcionada por la falta de autocrítica? Alberto Rodríguez Saá sigue diciendo que él no perdió.

¿Cuántos puntos se caen ante la falta de renovación en el partido? La foto de esta semana volvió a mostrar en la mesa de conducción a Alberto Rodríguez Saá y su hijo Albert, Zavala Chacur, Catalfamo y Amitrano.

Decimos hoy:

El resultado de este domingo no puede analizarse como un hecho aislado, sino como parte de un proceso que ya se había anticipado. En aquel artículo de diciembre, se advertía sobre las variables de ajuste que ponían en riesgo al PJ: el desgaste de la figura de Rodríguez Saá, la pérdida de referentes históricos, el éxodo de dirigentes clave, el descrédito de su círculo íntimo y la ausencia de una renovación generacional real.

Decíamos en diciembre:

¿Cuántos puntos pierde al no contar con el aporte de Maximiliano Frontera, Toti Videla, o Marcelo Gil, por citar nombres fuertes de Pedernera, Pueyrredón o Chacabuco?.

¿Cuántos puntos le restan las ausencias de numerosos dirigentes de Pedernera, que emigraron tras la proscripción de Frontera, salida que dejó a esa departamental en manos de un hombre de Justo Daract, como Alfredo Domínguez?.

Decimos hoy:

En paralelo, la figura de Poggi creció en centralidad política. No solo se impuso como gobernador con más del 52% en 2023, sino que consolidó desde entonces una estructura con vocación territorial, capacidad de gestión y conducción. El peronismo, en cambio, se replegó sobre sí mismo, y las decisiones orgánicas del partido se limitaron a la voluntad de su líder, rodeado de cada vez menos voces.

Decíamos en diciembre:

¿Cuánto repercutirá la ausencia del movimiento gremial y de los principales dirigentes de ese sector en la conducción partidaria?.

¿Se consolidarán otros armados paralelos? 

¿Quiénes aportarán los votos para 2025? ¿Natalia Zabala Chacur, Federico Berardo, Natalia y Fernanda Spinuzza, Cintia Ramírez, Eugenia Catalfamo, Nicolás Anzulovich, Luciano Anastasi, Ayelén Mazzina, del grupo de ex funcionarios a quienes Alberto Rodríguez Saá definió como los “jóvenes brillantes” de su último gabinete?.

Decimos hoy:

El PJ está quebrado, desdibujado, sin posibilidad de reconstituirse. En la Cámara de Diputados provincial, en los concejos deliberantes, y en la militancia, el lugar que supo ser central en la política de San Luis durante décadas parece haberse reducido a una expresión testimonial.

Lo dijimos entonces en diciembre pasado. Lo confirmamos hoy: este peronismo de Rodríguez Saá no tiene incidencia alguna en la vida política provincial, y mucho menos futuro.

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