San Luis y un legado de intercambio: las raíces históricas de las relaciones económicas entre Argentina y la República Checa.
Si bien la publicación de Infobae menciona que las negociaciones formales entre la Unión Europea y el Mercosur se llevan a cabo desde hace más de 25 años, es importante reconocer que los vínculos económicos entre Argentina y la República Checa se remontan a mucho más atrás en el tiempo. Si retrocedemos en la historia hasta la época de la ex Checoslovaquia, encontramos un legado de cooperación e intercambio comercial que sienta las bases para la dinámica relación actual entre ambos países. En este contexto histórico, cabe destacar el papel protagónico que desempeñó la provincia de San Luis en estas negociaciones tempranas. La visión estratégica y el compromiso de los representantes de esta región fueron fundamentales para establecer los cimientos de la colaboración económica entre Argentina y la entonces Checoslovaquia.
El establecimiento de relaciones diplomáticas entre Argentina y Checoslovaquia se remonta a 1920, el inicio de un vínculo bilateral se ha ido fortaleciendo con el paso del tiempo. La apertura del consulado checo en Buenos Aires en ese año fue seguida por la apertura del consulado Argentino en Praga en 1922, sentando las bases para un intercambio diplomático y cultural que ha perdurado durante décadas (OPATRNÝ y otros, pág. 55).
El período de entreguerras (1918-1939) estuvo marcado por un crecimiento significativo en las relaciones comerciales entre ambos países. Argentina se consolidó como el principal mercado latinoamericano para Checoslovaquia, impulsado por un intercambio mutuamente beneficioso de bienes y servicios. Este auge comercial se vio reflejado en la instalación de Skoda Platense en 1938, la filial más importante de la empresa checa en América (OPATRNÝ y otros, pág. 57).
La política exterior de mediados del siglo XX estuvo profundamente marcada por el impacto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un conflicto de proporciones inmensas que redefinió el orden mundial y las relaciones entre las naciones. Tanto para los países beligerantes que se vieron directamente envueltos en la lucha como para aquellos que, como la República Argentina, mantuvieron una postura de neutralidad hasta las últimas etapas. Para Argentina, la neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial representó una decisión compleja y controvertida, con implicaciones duraderas en su política exterior y relaciones internacionales.
La llegada de Juan Domingo Perón a la Presidencia de la Nación en 1946 marcó un nuevo rumbo en la política exterior argentina, alejándose de la propuesta de Washington y orientándose hacia los países del bloque oriental como Rumania, Hungría, Polonia y Bulgaria. Este cambio se tradujo en el fortalecimiento de las relaciones comerciales con Checoslovaquia, materializado en la firma de acuerdos bilaterales y el desarrollo de proyectos conjuntos. Un ejemplo emblemático fue la construcción de la destilería de San Nicolás iniciada en 1947, planeada para ser la más grande del mundo. La construcción y toneladas de materiales entre hierros y aceros fueron el encargo más importante que recibió Checoslovaquia en el continente. Pese a ello, no alcanzó los niveles esperados.
Para el segundo mandato de Perón (1952-1955) las relaciones comerciales con Checoslovaquia fueron más fluidas. En este período se concretaron importantes acuerdos, como el tratado comercial entre TECHNOEXPORT y el Ministerio de Industria y Combustibles Sólidos argentino, que dio lugar a la instalación de la planta depuradora de carbón en Río Turbio. Además de materiales específicos, se importaron tractores, camiones, telares, máquinas y herramientas. Sin embargo, este auge no estuvo exento de controversias, como las denuncias por sobornos en torno a la compra de 1.329 coches Skoda 706R (OPATRNÝ y otros, pág. 62).
El derrocamiento de Perón en 1955 y la instauración de la «Revolución Libertadora» marcaron un estancamiento en las relaciones bilaterales con los países de Europa del este. El impuesto gobierno argentino reorientó su política exterior hacia Estados Unidos y el FMI, lo que se tradujo en un distanciamiento de Checoslovaquia. Este declive se vio acentuado por el conflicto relacionado con la compra de los coches Skoda 706R, que llegaron en mal estado y con desperfectos mecánicos.
Si bien las relaciones comerciales entre Argentina y la República Checa han mantenido una trayectoria a lo largo del tiempo, el contrato de 1959 para la construcción de la Fábrica de Cemento Portland “El Gigante” en San Luis representa un momento clave. Ubicado en el contexto de la Guerra Fría y las complejas relaciones entre el bloque occidental y el oriental, este acuerdo marcó un importante paso en los intentos de industrialización argentina y en el desarrollo de la industria cementera local.
La firma del contrato, enmarcada en un contexto de búsqueda de autonomía productiva y tecnológica por parte de la Nación, estuvo a cargo de la provincia de San Luis y la empresa checa Technoexport. La tecnología de vanguardia aportada por esta última permitió al país acceder a nuevos procesos de producción y a una mayor capacidad productiva.
El Ingeniero Isac Sosa Páez fue la pieza clave para el éxito del proyecto, actuando como único enviado de la provincia de San Luis a Europa del este con la crucial responsabilidad de asesorar y facilitar el envío de maquinarias. Su fluida comunicación con el Sr. Jiri Ures, quien ostentaba plenos poderes otorgados por la República Checa, su vasta experiencia, profundos conocimientos técnicos y su dominio de múltiples idiomas fueron determinantes para sortear los complejos desafíos logísticos y culturales que implicaba una operación de esta magnitud (Entrevista Ing. Sosa Páez, 2016).
Sin embargo, la inestabilidad política-democrática y las recurrentes crisis económicas convirtieron el proyecto en una larga espera de casi dos décadas. En 1972, bajo la gobernación provincial de Elías Adre, comenzaron las obras de montaje de la tan esperada planta industrial, pero un nuevo desafío surgió: las instrucciones de las maquinarias, que estaban completamente desarmadas, estaban en checo, lo que dificultaba su interpretación. Para superar este obstáculo, se trajeron a la provincia 45 técnicos checoslovacos, quienes, con su experticia, permitieron finalmente comenzar el montaje. El 8 de noviembre de 1974, la fábrica finalmente comenzó su producción.
Para comprender las complejas relaciones actuales entre Argentina y la República Checa, es fundamental adoptar un enfoque histórico que nos permita observar los fenómenos y procesos sociales, culturales y políticos que las han moldeado a lo largo del tiempo. Estos fenómenos y procesos no son estáticos, sino que están condicionados por las posibilidades históricas, lo que significa que han sido influenciados por eventos y transformaciones del pasado. Este enfoque histórico nos permite identificar las raíces de los vínculos actuales, comprender las dinámicas de cambio y transformación que han experimentado, y apreciar la diversidad de perspectivas y valores que han enriquecido estas relaciones. La historicidad se convierte en una herramienta indispensable para comprender el mundo que nos rodea, particularmente en el contexto de las relaciones internacionales, donde el pasado juega un papel fundamental en la configuración del presente y el futuro.
Fuentes:
Diario Infobae. https://www.infobae.com/…/argentina-avanza-en-un…/
Josef Opatrný, Michal Zourek, Lucia Majlátová, Matyás Pelant. Las Relaciones entre Checoslovaquia y América Latina 1945-1989 En los Archivos de la Republica Checa. Universidad Carolina de Praga, Ed. Karolinum, 2015.
Ignacio Guzmán, “La fábrica de papel”. Políticas públicas de la industria del cemento en Argentina. “El Gigante” de la Provincia de San Luis (1944-1955). Tesis de maestría inédita. San Luis, UNTresF, 2022.
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