Alberto Rodríguez Saá, en cuenta regresiva.

El gobernador saliente que no quiere a San Luis

29 de julio de 2023
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El tiempo fue poniendo las cosas en su lugar. Y así se hizo posible ver con claridad, distinguir, entender.

El gobernador saliente, Alberto Rodríguez Saá eligió para su juicio histórico dos ideas bien definidas: la lucha contra la pobreza y la defensa de la puntanidad.

Quiero ser recordado como el gobernador de los pobres, dijo una vez. La puntanidad no se negocia, en otra.

Ambas ideas fueron repetidas a martillazos verbales a tal punto que parecían ser inseparables de su identidad política. En extremo llegó a explicar algunos de sus triunfos electorales a partir de la defensa de la idea de la puntanidad.

Sin embargo, la realidad –única verdad- terminó demostrando que ambas ideas eran sólo una máscara que utilizó en la construcción de un relato desde el cual se debía interpretarlo.

Datos, no relato. Rodríguez Saá, el gobernador saliente deja el gobierno con un 62,9% de los chicos de San Luis viviendo en la pobreza, información que debiera incorporarse a su nombre cuando se consulta el Diccionario Encicloplédico de San Luis.  Metió a más puntanos en la pobreza de los que sacó.

Un solo traspié electoral, el definitivo, lo desnudó.

Y se va tirando del mantel institucional para romper los pocos platos que todavía no habían caído al piso.

¿En qué momento su cabeza hizo clic para pasar de gobernante a soberano?.

El rechazo que generan -las primeras- de sus últimas medidas perjudican lisa y llanamente hasta a sus propios candidatos que en dos semanas ponen sus caras en las elecciones. Yo o nadie, parece decir.

Datos, no relato. Nombramientos contrarreloj de jueces, fiscales, defensores, nuevos cargos políticos, desguace institucional, vaciamiento financiero, todo un estropicio cuya cuenta pagará no el próximo gobierno, sino el pueblo de San Luis.

¿Por qué está tan enojado Alberto Rodríguez Saá con el pueblo puntano?.

¿Por qué despreció la posibilidad de irse de otra manera?.

Misterios que envuelven los últimos días del gobernador saliente que nunca quiso a San Luis.

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