Un dato que puede parecer insignificante esconde una verdad que debe leerse en clave política.
En la mañana del jueves 16 de julio pasado, a las 9:42, el bloque de Senadores Justicialistas de la provincia de San Luis, actualizó su foto de portada de su página en Facebook. Y en su nueva imagen, con la que se encontraron sus más de 6 mil seguidores, borraron la cara del Senador por el departamento Pedernera, Ariel Rosendo.
Su rostro fue reemplazado por el escudo del partido Justicialista.
En lenguaje gestual, puramente político, a Rosendo “le dieron el beso”.
Los senadores Justicialistas lo saben y se lo hacen saber. Claro que en los hechos le siguen bancando la parada, pese a lo expuestos que quedan en días como hoy, en los que aprueban por unanimidad una adhesión a la Ley Nacional de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, incorporando el acoso callejero como modalidad de violencia a la mujer. Justo ahora.
En los tiempos en que Rosendo está atrapado en un expediente judicial acusado de “Robo doblemente calificado por efracción o fractura y por ser en poblado y en banda, desobediencia a una orden judicial y violación de las medidas anti-epidémicas en concurso real”, y envuelto en el escándalo de una denuncia pública por violencia de género que le formuló su ex pareja y que le vale el repudio permanente de numerosas organizaciones y de algunas oficinas gubernamentales.
Pero volvamos a lo que vemos nosotros, a lo que se ve, a la imagen.
Fuera Rosendo del collage de rostros, la galería quedó intacto: Mabel Leyes (Belgrano), María Angélica Torrontegui (Pueyrredón), Diamela Freixes (Dupuy), Pablo Garro (San Martín), Diego García, (Ayacucho), Daniel Camili (Pringles) y Marcelo Debandi (Chacabuco), siguen sonriendo desde la portada de face del Senado.
Borraron la cara de Rosendo y quedó la de ellos.