Las boletas con las que se votó en la Consulta Popular por el diferendo con Chile.

Crónicas de una despedida: Parte VI

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Ante los aprietes de Alberto Rodríguez Saá: El ejemplo de Raúl Alfonsín.

 

“… Se puede someter a consulta popular de los electores, cualquier cuestión que por su importancia se considere merecedora de requerir la opinión popular…” (Arts. 98 y 99 de la Constitución Provincial.

 

I. El ejemplo de Raúl Alfonsín

A pocos días de haber sido electo Presidente de la Nación, en medio del clima festivo por el retorno de la democracia a Argentina, el doctor Raúl Alfonsín se reunió con sus colaboradores más cercanos para ir precisando la estrategia de su futuro programa de gobierno.

Corrían los primeros días el mes de noviembre de 1983 y en apenas 40 días debía asumir.

Había en su agenda temas muy difíciles y había que resolverlos con éxito. La mayoría del pueblo argentino había depositado en él las esperanzas de comenzar a resolver sus dramas cotidianos más urgentes: la verdad y justicia sobre el tema de las heridas por la violencia de los años setenta y en especial las provocadas por el terrorismo de estado; la permanente crisis económica y sus perversas manifestaciones de pobreza, desigualdad, inflación y deuda externa, entre otros.

Pero había un tema en especial que desvelaba a Alfonsín. Era el conflicto abierto con la República de Chile por su diferendo limítrofe por el Canal de Beagle.

Sabía que por convicción y responsabilidad gubernamental había que evitar que el conflicto escalara y pudiera llevarnos a un conflicto bélico.

Argentina se había visto perjudicada en la mediación con la corona británica y sólo la oportuna mediación de Juan Pablo II había evitado la guerra con Chile en diciembre de 1978.

Alfonsín sabía que durante su gobierno había  que terminar con el conflicto. Percibía que aceptar el laudo arbitral podía enervar a los sectores más nacionalistas de la opinión pública y también el de las Fuerzas Armadas. La decisión de resolverlo debía ser política y para ello necesitaba realizar acuerdos con la oposición.

En frente tenía al Partido Justicialista que aún no se reponía de la derrota electoral y seguramente quería cobrarse la revancha. El tema del Beagle podía ser una buena oportunidad para ello. El peronismo lo acorralaba desde sus mayorías parlamentarias.

El tema era muy delicado. Argentina no tenía opciones salvo el acuerdo pacífico con Chile y la principal fuerza de la oposición expresaba que lo impediría con sus mayorías en el parlamento.

¿Cómo salir de la encerrona que le planteaba Vicente Leónides Saadi como jefe del PJ? ¡Alfonsín debía saltar el cerco…!

Inolvidable. El debate entre el canciller radical Dante Caputo y el senador peronista Vicente Saadi. Fue el 14 de noviembre de 1984.

¿Qué hizo entonces Alfonsín? No se dejó acorralar…

Hizo lo que hace un verdadero estadista. Como Winston Churchill durante los bombardeos a Londres en la Segunda Guerra Mundial.  Sacó de adentro lo que tiene todo estadista: inteligencia, táctica y estrategia. Esta última no era otra que la paz y la convivencia civilizada con los países limítrofes. La táctica era interponer entre su gobierno y la oposición obstructiva, a la opinión pública.

Como aconsejaba Jorge Luis Borges cuando decía que “de los laberintos solo se sale por arriba…”.

Saltó el cerco del PJ convocando a una consulta popular no vinculante para el día 25 de noviembre de 1984, para que fuera el propio pueblo argentino quien decidiera por el SI o por el NO para concluir el diferendo limítrofe con Chile.

Y el pueblo argentino se expresó. El resultado fue contundente: el 82,60  % fue por el SI y de respaldo a la política del Presidente, es decir a favor de la paz; y el 17,40 % por el NO, con apenas 01,60 % entre votos en blanco y anulados. Había participado el 70,09% de los argentinos.

En San Luis el SI fue mayor aun: 89,43 %. El NO el 10,57 %.

Con semejante veredicto popular, el derrotado Partido Justicialista se vio obligado a facilitar en el Parlamento la aprobación de los acuerdos con Chile, terminando su anterior actitud obstruccionista. –

La inteligencia «churchilliana» de Alfonsín había salvado la paz con Chile y ahora sí podía avanzar en el resto de su programa de gobierno.

II. El acorralamiento que intenta hacer Rodríguez Saá.

Salvando las distancias entre el conflicto limítrofe con Chile y los intentos desestabilizadores que hoy lleva adelante Alberto Rodríguez Saá contra el futuro gobierno democrático de Claudio Poggi, de aquel ejemplo alfonsinista se pueden extraer enseñanzas y también soluciones.

La Constitución Provincial de 1986 incorporó como mecanismo de participación democrática a la consulta popular. “…Cuando la cuestión por su importancia se considere merecedora de requerir la opinión popular…” dice el art. 98, al igual que el 99 y 100.

Si coincidimos que el conflicto político y presupuestario que lleva adelante Rodríguez Saá, pone en peligro la futura paz social de San Luis colocando al futuro gobierno en la imposibilidad de afrontar sus obligaciones dinerarias no bien asuma, ¿no podría utilizarse ese mismo mecanismo democrático para consultarle a la opinión pública de San Luis?.

Asumido el gobierno el próximo 10 de diciembre mediante el dictado de un Decreto nuevo el Gobernador puede requerir la consulta al pueblo conforme lo previsto en el art. 99 de la Constitución Provincial, donde se le pregunte por el SI o por el NO a la nulidad o ratificación de todos los actos extorsivos que está impulsando hoy Alberto Rodríguez Saá.

Llegada esa iniciativa a la Legislatura Provincial, ¿habrá algún legislador que se anime a oponerse?. Sería inimaginable… Significaría su propio suicidio político. No podría caminar por las calles…  Eso es lo que les recomendó el entonces Senador Nacional Vicente Leónidas Saadi a los legisladores nacionales del PJ aquella noche de noviembre de 1984 al conocer el contundente resultado de la consulta de Alfonsín.

¿Qué opción elegirá el pueblo?, ¿por la paz social o por la continuidad del conflicto? ¡¡¡Que sea el pueblo de San Luis el que apruebe o rechace lo que hoy está haciendo el actual Gobierno…!!!.

Como ciudadano de San Luis y comprometido con la democracia constitucional sugiero que los equipos políticos de Claudio Poggi estudien este camino.

Alberto Rodríguez Saa actúa hoy creyendo que de este laberinto extorsivo que lleva adelante no hay salida para Poggi.

Opinamos que está cometiendo un grave error de cálculo. Esta viejo, soberbio, sordo y más solo que nunca…

El 11 de Junio pasado el pueblo de San Luis ya se lo manifestó.

Sera necesario entonces que –mediante una consulta popular- se lo diga de nuevo y de manera definitiva. No sólo a él, sino también a los funcionarios y legisladores  obsecuentes que hoy lo acompañan en este verdadero atentado a la paz social de San Luis.

Esta crisis que intentan provocar sí tiene salida: es la participación democrática del pueblo de San Luis. Es el cumplimiento de la misma Constitución Provincial.

La paz social de San Luis exige que los ciudadanos opinemos. Su defensa constituye un valor innegociable para nosotros…

Como lo fue en 1984 por el conflicto con Chile.

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