En ese marco, Sergio Oste —vocal del Tribunal de Cuentas de San Luis— fue reelegido como presidente del SPTCRA con el acompañamiento unánime de las provincias y de las representaciones municipales. La jornada incluyó, además, la presentación de una nueva estructura y un plan de capacitación del IETEI, y la reunión de la Red Federal de Control Público con la presencia del síndico General Adjunto de la Nación, Juan de Dios Bel. Allí se consensuó también la fecha de trabajo para definir el Plan Anual 2026.
La Memoria 2024 y el reclamo por el artículo 85
Uno de los puntos centrales fue la aprobación de la Memoria 2024. Oste destacó que el documento deja asentado un hito del año: la presentación ante la Cámara de Diputados de la Nación del proyecto de reglamentación del artículo 85 de la Constitución Nacional.
“El objetivo —explicó Oste— es que la Auditoría General de la Nación sea dotada de facultades constitucionales para exigir la rendición técnica y completa de cuentas sobre la ejecución de fondos públicos por parte de los organismos del Estado nacional”.
Mirada al futuro: tecnología y control
La agenda hacia adelante estuvo marcada por un eje que se consolidó como inevitable: la incorporación de herramientas tecnológicas para mejorar los sistemas de control.
Marina Iglesias, vocal contable de la Sindicatura General Municipal de Ushuaia, adelantó que se proyectan capacitaciones y un intercambio de experiencias sobre la adopción de tecnologías que permitan realizar controles oportunos y eficaces. “La incorporación de estas herramientas debe garantizar que los gastos e inversiones se ejecuten conforme a la ley y promover la transparencia”, señaló.
Oste sumó una reflexión estratégica: “Es interesante la implementación de algoritmos inteligentes como herramienta de control. Tenemos que repensar lo que hacemos para reconocernos en una misión común: contribuir a un Estado moderno, confiable y al servicio del bien común. El control no es un freno al desarrollo, sino su mejor garantía”.
Y agregó: “Nuestro compromiso profesional tiene una raíz ética profunda: trabajar para que lo público sea realmente de todos. El control debe ser un motor de confianza y la transparencia, una práctica cotidiana”.
Desafíos compartidos
Como ocurre en cada encuentro federal, los organismos provinciales y municipales compartieron problemáticas transversales. La más reiterada fue la falta de correlación entre autonomía funcional y autonomía económica: los presupuestos reducidos limitan la capacidad de ejercer un control efectivo.
Iglesias lo sintetizó así: “En muchas jurisdicciones, la escasa participación presupuestaria dificulta el desarrollo pleno de la tarea”.
Para Oste, el mayor desafío sigue siendo la independencia real de los organismos de control: “Son órganos extrapoder, y esa garantía debe estar resguardada. No pueden pertenecer a ninguno de los tres poderes del Estado”.