Alberto Rodríguez Saá fue el personaje elegido por el rector de la Universidad Nacional de San Luis, Víctor Moriñigo para cerrar el ciclo de charlas llamado “UNSL Dialoga” en el que fue posible escuchar a referentes de los derechos humanos, economistas, legisladores nacionales, y profesionales de distintas disciplinas.
El ciclo, que tuvo una excelente puesta en escena a largo de 13 episodios estuvo a cargo de los profesionales del Canal UNSL TV y más allá de que el propio Moriñigo se encargó de explicar que su rol no era el de periodista, sino de moderador o guía de la charla, el contenido global fue muy interesante, y se logró un aporte profesional a la producción de contenidos culturales-periodísticos de los que se reclama en San Luis
Sin embargo la idea de cerrar Rodríguez Saá el ciclo que inauguró el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, tuvo una inmediata reacción crítica en las redes.
“Que tristeza da que la UNSL cierre un ciclo de diálogo con la disertación del Gobernador. Dos ironías juntas. La del señor Rector que no nos ha convocado ni a un café para dialogar y la del Gobernador que no precisa demostración alguna para explícitar su vocación al monólogo. Y por si faltara ironía escuchar la maestría de como gestiona la pandemia…” posteó el profesor universitario Carlos Mazzola.
La charla de este último capítulo se estructuró a partir de tres ejes temáticos y un bloque de preguntas de la audiencia que interactuó en las redes. Esas ideas base fueron: Gestionar en pandemia, Objetivos 2030 de Naciones Unidas y Economía de guerra / Economía de la vida.
A continuación un extracto con los principales conceptos que disparó Rodríguez Saá.
Gestionar en pandemia.
Nos tocó estar en este lugar en este momento histórico. La humanidad enfrenta una tragedia de esta naturaleza. No sabemos ni cuándo ni cómo termina. Tenemos que manejarnos con estas incógnitas.
Cuando se produce una tragedia hay que crear un comité de crisis, en donde estén los que saben. El comité de crisis es una primera decisión muy importante. No debe ser el Gobernador.
Lo segundo es priorizar, sabiendo que los tiempos son difíciles. La economía se paraliza, la situación social, la educación, los chicos, los jóvenes, hay que entender que todos debemos ser solidarios. Estos temas hay que poner en la balanza.
Desocupación, comercios que cierran, el turismo, son temas complejos, yo me aferré a la decisión del presidente de la Nación que dijo “prioricemos la vida, subordinemos la economía”. Esta decisión ha sido tomada por todos, desde Donald Trump, hasta Jair Bolsonaro; la economía tiene que esperar.
Esto es difícil que la gente lo entienda, es un tema esencial, ¿qué pasa si dejamos el contagio manada, que todos se contagien, y que se muera el que se tiene que morir?, el problema es que colapsa el sistema de salud, no hay sistema de salud que aguante…
Gestionar en pandemia implicar tener una serenidad enorme frente a lo que sucede todos los días.
Cuando nos dicen que hoy no hay casos quisiéramos abrazarnos, festejar… y hay días en los que –hace mención al caso reciente de un verdulero- no nos cuentan la trazabilidad, o la omiten, o miente, o lo que fuera y termina en que se disparó, o está a punto de dispararse y hay que mantener la serenidad, porque si eso sucediera –circulación interna del virus- tenemos que seguir serenos.
El momento más trágico para mí, me preparé y no sé si lo pude decir completamente fue cuando anuncié que íbamos a generar un cementerio, a crear, o a inaugurar… eso es terrible pero es necesario, porque lo protocolos sobre letalidad son complicados y muy difíciles.
Estamos muy cerca de tener transmisión comunitaria en San Luis, no hay que bajar la guardia. Y si sucede tenemos que tratar de focalizar y que se expanda lo menos posible y luchar incansablemente para que no se colapse nuestro sistema de salud.
Cada día que pasa es un logro porque nos acercamos a la esperanza que es la vacuna.
El tema excluyente de un gobierno es la pandemia.
De esto se trata gestionar en pandemia, con mucho diálogo con todos, con los gobernadores, con los intendentes, las universidades, todos, mucho diálogo. Nadie quiere equivocarse. Nadie se equivoca intencionalmente.
Una gran decisión nacional que a nosotros nos dio mucha seguridad fue la descentralización del Malbrán. Porque ahora tenemos la información muy rápido y podemos decidir y no esperar a que nos conteste el Malbrán luego de algunos días.
Objetivos 2030 de Naciones Unidas.
Yo había preparado un discurso –para la Asamblea Legislativa- con los objetivos 2030 de las Naciones Unidas, porque es el comienzo de década.
Las décadas en la economía son importantes. Son como generaciones, como un ciclo… y nosotros en los 80 decidimos entrar en la industrialización, no se usó el Estado como un botín electoral, en los 80 hubo una forma de gobernar con un presupuesto equilibrado. La del 80 fue una década ganada.
La del 90 que para la Argentina puede ser una década perdida, muy difícil, la del Menemismo nosotros hicimos la reforma del Estado, fue la década de las viviendas, e hicimos los primeros peldaños para ingresar a la próxima década.
La década del 2000 fue de inclusión enorme, de la inclusión digital, de las culturas originarias…
Creo que la década pasada fue una década casi perdida y no quiero que suceda lo mismo con esta época, y me toca a mí comenzarla. ¿Qué pienso? Se lo dije al Gobierno nacional, me parece mejor que nosotros hablemos de la década y qué mejor que tomar lo de Naciones Unidas como una primera base.
Estos objetivos son compartidos por todos. Toda la humanidad tiene estos objetivos. Hay que pensar cómo estamos parados frente a esos objetivos. ¿Cuánto hay de pobreza en Argentina o en San Luis? ¿Cómo vamos a hacer para fulminar la pobreza?
¿Qué podemos hacer? ¿Qué presupuesto tenemos? En cloacas por ejemplo San Luis tiene un 90% de cloacas, podemos llegar al 100; y podemos adelantarnos en el cumplimiento.
Tenés un plan, tenes un tiempo, tenés mensurada la situación y tenés un presupuesto. Si podemos hacerlos solos, pongamos sal y pimienta para hacerlos solos. Son objetivos amigables.
Es mucho más fácil crear un clima de unidad provincial con objetivos tan amigables, simpáticos, posibles y racionales.
San Luis tiene problemas propios por ejemplo carencia de diálogo, mejorar la participación y quizá sean graves.
Mis compañeros me dirán: Pero Alberto vos sos peronista, qué hacés con los objetivos de las Naciones Unidas. Y yo les diré: Bueno muchachos, pero cuando hablamos de Trabajo Decente y Crecimiento Económico que es el objetivo de Naciones Unidas le vamos a poner la palabra Justicia Social. Cuando hablamos de Industria, le vamos a poner Independencia Económica y cuando hablemos de mejorar las instituciones le vamos a decir Soberanía Política.
Y después viene un gobierno de otro signo, o no, y que con estos objetivos posiblemente digan que están de acuerdo.
La pandemia nos ha enseñado que tiene que haber políticas de Estado.
Yo recibo llamados de militantes y de casi todos los dirigentes políticos que me transmite su apoyo a las políticas de Estado.
Economía de guerra. Economía de la vida.
La economía como dice Samuelson es cerrada o abierta. Cañones o manteca. Son muy distintas.
El panorama es que todas las economías están cerradas. Es una enorme crisis.
Ya está la economía de guerra, ahora hay que producir lo que se necesita en el momento: vacunas, respiradores, comida, estos contenidos audiovisuales.
Dejar hacer, dejar pasar, no puede ser el rol del Estado. Hay que pensar en el post pandemia. Tiene que seguir el rol del Estado. La gente va a necesitar consumir otras cosas. Alimentos como siempre, lo más elemental, con una pobreza agravada, ropa, vestimenta, la construcción, el hombre siempre necesitó una cueva donde vivir. Yo a esto le llamado la economía de la vida.
Hay que ayudar a que esto se produzca rápido.
La charla completa puede ser vista aquí