Rodríguez Saá echa empleados con la amenaza de llevar a Payné a la quiebra

Una propuesta que no podrán rechazar: o toman la oferta o los despiden y tendrán que ir a litigar a la Justicia.

El ex gobernador Alberto Rodríguez Saá echa a empleados de la empresa Payné invitándolos a aceptar acuerdos despreciables con la amenaza de llevar a la quiebra a la empresa y que se queden sin cobrar un peso.

Le duró -esa empresa-, sin poder echar manos a los recursos del Estado en forma abusiva, exactamente un año. Sólo cinco meses y medio desde que él personalmente asumió como Director General.

Tal como adelantó esta página la situación allí era insostenible.

Por eso este miércoles aceleró el proceso de echar al personal que queda ofreciéndoles acuerdos ruinosos. 

No pone la cara él, ni su hijo Albert, ni la directora de Operaciones Multimediales, su otra hija María Luz. El trabajo sucio está en manos del contador Carlos Verna. 

El se encarga de llamar uno por uno a los empleados de la gráfica, y de las distintas secciones como la radio, la planta impresora, la gráfica, el diseño del diario, la distribución y oficinistas para hacerles “una propuesta que no podrán rechazar”: su desvinculación sin condiciones.

El argumento que utiliza es fuerte y genera dudas entre algunos empleados: si no firman su salida laboral aceptando menos dinero del que les corresponde, el próximo viernes recibirán el telegrama de despido. Entonces les advierte que entrarán en un laberinto judicial, y que podría llevarles años ver un billete.  

“Nos sentimos basureados” le dice a DePolítica uno de esos trabajadores. “Hay casos de empleados con más de 30 años de antigüedad a los que les corresponde un piso de 51 millones de pesos y les están ofreciendo apenas 23 para que se vayan. De lo contrario, son despedidos e irán a juicio” cuenta. El ofrecimiento actual es en dólares.

Ya algunos meses atrás Rodríguez Saá se había molestado por tener que vender una jaula de animales para con esos dólares afrontar los sueldos del personal.

Esta página contó el fin de semana pasada lo que pasaba allí adentro del edificio de Avenida Lafinur. Proveedores que reclaman por cheques rebotados y el desplante del ex gobernador cuando le dijeron que el dinero no alcanzaba para pagar los compromisos del mes.  

En ese momento se levantó de la silla y se fue amenazando con cerrar la empresa. Y eso es lo que revelan los acontecimientos de las últimas horas.

¿Dejaría algo en pie? apenas una página web en la que cargan contenidos unos seis empleados. También ese grupo parece tener una cuenta regresiva habilitada en su relación laboral: las elecciones a mitad de 2025. 

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