Todo el mundo sabe o piensa que sabe qué es el populismo. Y ese es el primer problema que enfrentan quienes desean estudiar este fenómeno que parece «insoportablemente vivo».
El segundo problema es el carácter marginal que los estudios sobre el populismo tenían hasta hace poco tiempo en la ciencia política. Y el tercero: a diferencia de otros términos que designan ideologías o posiciones políticas, como «socialismo» o «liberalismo», el populismo se usa casi de modo universal solo con connotaciones negativas, como una taquigrafía que puede significar indistintamente manipulación, demagogia, autoritarismo, clientelismo o, en los casos más extremos, fascismo.
Quizá ese sea un buen punto para pensar la lectura de «Por qué funciona el populismo?: el discurso que sabe construir explicaciones convincentes de un mundo en crisis» de María Esperanza Casullo -politóloga, docente universitaria y especialista en temas de democracia-, editado por Siglo Veintiuno.
Pero qué es el populismo? «Adoptamos aquí el enfoque de que el populismo es un tipo de género discursivo, es decir una práctica o un uso del discurso que convive con otros. De forma simultánea, este uso del discurso ocupa un polo en el extremo de un continuo definido por su oposición respecto del discurso tecnocrático, entendiendo que ambos extremos con casi constructos teóricos y que la inmensa mayoría de los casos habita en el amplio y caótico medio.
Es prácticamente imposible pensar en un movimiento político o liderazgo que sólo sea populista o lo sea todo el tiempo, así como resulta imposible pensar en uno que sea por completo tecnocrático.
Aún el populismo más extremo debe mantenerse en el poder, lo cual implica gobernar, y esto requiere al menos cierto grado de capacidad tecnocrática; de igual modo, hasta el tecnócrata más convencido debe ganar elecciones, y esto es casi imposible sin manejo del género mítico-populista» explica Casullo a lo largo de 200 páginas que merecen ser subrayadas párrafo a párrafo.
El populismo sostiene un discurso, una historia con héroes y villanos, que da sentido a una realidad que, en el siglo XXI, parece haberlo perdido.
El populismo de izquierda con Hugo Chávez, Evo Morales, Lula da Silva, Fernando Lugo, Néstor y Cristina Kirchner, pero también el derecha con Marine Le Pen, Jair Bolsonaro, Donald Trump y otros líderes de partidos de extrema derecha en Austria, Hungría y Suecia. Y también el zigzagueante derrotero de Mauricio Macri, es minuciosamente analizado en el libro.
Populismo hacia arriba y hacia abajo, hacia adelante y hacia atrás, hacia adentro y hacia afuera. El populismo, al fin de cuentas, una estrategia política tan antigua como la democracia.