Terrazas no olvida: el Obispo que enfrentó al Gobernador

20 de agosto de 2022
Lona, el Obispo que enfrentó a Rodríguez Saá
Monseñor Jorge Luis Lona, y una vocación religiosa tardía: fue ordenado sacerdote a los 44 años.

Tal vez por eso, porque su nombre quedó asociado al enfrentamiento que sostuvo con el Gobernador Alberto Rodríguez Saá hace casi 20 años atrás, ni el ministro de Gobierno, Justicia y Culto, ni ningún funcionario provincial participó este sábado en la Catedral puntana de las exequias de Monseñor Jorge Luis Lona, quinto obispo de San Luis. Terrazas no olvida.

Ese Obispo bajito, severo, que llegó a la provincia con el cambio de milenio, falleció este viernes a los 86 años, en el Hospital Italiano de Mendoza, rodeado de su familia.

Descansa como Pedro Dionisio Tibiletti, Emilio Antonio Di Pasquo, Carlos María Cafferata y Juan Rodolfo Laise, los cuatro pastores que lo precedieron al frente de la diócesis creada en 1934 por el Papa Pío XI en su bula “Nobilis Argentinae nationis”. Esa diócesis, con San Luis como ciudad episcopal y la Catedral como templo mayor, nucleaba entonces un puñado de parroquias de San Roque, Villa Mercedes, Nueva Galia, Renca, Santa Rosa, San Martín, San Francisco y Luján.

Lona fue obispo puntano por sucesión desde el 6 de junio de 2001. Siete meses antes, el 22 de noviembre de 2020 había sido elegido Obispo Coadjutor y recibido la ordenación episcopal en la catedral puntana, el 20 de diciembre de 2000, ceremonia a cargo del nuncio apostólico Monseñor Santos Abril y Castelló.

Su llegada a San Luis, luego de 21 años de ejercicio sacerdotal en San Juan, fue un revés para un sector de la feligresía católica que auguraba un cambio de aire, una brisa progresista, luego de los 30 años de obispado y conservadurismo de Monseñor Laise.

De hecho, este bonaerense nacido en noviembre de 1935, que se recibió de Ingeniero en Agronomía en Mendoza con cuyo título llegó a ser el primer director del INTA de la provincia de San Juan, y que se hizo cura recién a los 44 años, el 20 de diciembre de 1979, fue el Obispo que sobresalió por sus cuestionamientos a numerosas políticas de Alberto Rodríguez Saá. Y que lo puso en jaque.

El clima se enrarece

Los 90 habían quedado atrás con algunos episodios que adelantaban una tensión creciente entre la Iglesia puntana y el Gobierno, la que llegaría al máximo en la próxima década.

Tres hechos puntuales sostienen esa afirmación:
• El acompañamiento espiritual que recibieron de la Iglesia puntana los jefes militares del GADA 161 que se levantaron en la Semana Santa de 1987.
• El fastidio de las autoridades de la Iglesia Católica puntana por la convocatoria a una Oración Ecuménica por la Paz, luego del atentado a la AMIA en julio de 1994. Ese encuentro se hizo en el Paseo del Padre, en la ciudad de San Luis, con la participación de las máximas autoridades de todos los cultos y sólo un capellán en nombre de la Iglesia Católica.
• La revelación periodística de que en San Luis, en la Iglesia del Carmen, había encontrado refugio un profesor investigado en el crimen de Jimena Hernández, la nena de 11 años a la que abusaron, mataron y tiraron a la pileta del Colegio Santa Unión de los Sagrados Corazones, en el barrio de Caballito, en un caso de enorme repercusión nacional.

Lona, la Colonia Hogar y un vuelco

La decisión del Gobernador Alberto Rodríguez Saá, a pocos meses de haber asumido, de quitarle a la orden religiosa de los Terciarios Capuchinos Amigonianos la administración de la Colonia Hogar, y a otras órdenes de monjas el control del Hogar Materno-Infantil, el Hogar San Vicente de Paul y el Hogar del Niño, generó una fuerte disputa con la iglesia católica puntana.
Así fue que el Nuncio Apostólico en Argentina, Monseñor Adriano Bernardini, llegó a la ciudad de San Luis para entrevistarse con el Obispo, Monseñor Jorge Luis Lona, “quien enfrenta diversas agresiones por parte del gobierno local” decía la agencia de noticias católica AICA, en un artículo titulado “Nuncio Apostólico en Argentina visita diócesis agredida por gobierno de San Luis”.
Monseñor Lona consideraba que el gobierno local había «tomado medidas anticatólicas, provocativas e injuriosas» para la Iglesia, y pidió que las autoridades del Gobierno rectificaran sus acusaciones, entre ellas las que apuntaban al director de la Colonia Hogar, el padre Marcelo Carballo, denunciado por “abusos sexuales, violaciones a menores, exacciones ilegales y malversación de caudales públicos”.

La visita del Nuncio Apostólico en marzo de 2004 registró un nuevo pico de tensión en la relación institucional a raíz de un malentendido. La comitiva que lo trajo a San Luis llegó hasta la puerta de la Colonia Hogar, en donde lo esperaban las nuevas autoridades gubernamentales -el Obispo quería entrar junto al Nuncio-, y se retiró sin ingresar porque el portero -cuenta una versión- no sabía de qué visita se trataba ni reconoció al hombre de ceremonial que llegó antes que la Comitiva.

El desencuentro que se leía como una descortesía y que se agregaba a la legítima decisión del Gobierno de decidir sobre la administración de la Colonia Hogar motivó que el propio Gobernador viajara a Buenos Aires a entrevistarse personalmente con el Nuncio y hablar sobre la situación planteada en San Luis.

Ese viaje de Rodríguez Saá -entonces viajaba en su auto particular, un BMW celeste-, estuvo marcado por un hecho singular. El Gobernador perdió el control del volante, era de noche y llovía, y el auto terminó volcado, tumbo del que los cinco ocupantes del coche salieron ilesos, apenas empapados y embarrados. Tras dar aviso, los asistió la custodia de Gobernación, y en una estación de servicio se cambiaron de ropa para poder llegar presentables ante el Nuncio.

Lona, las marchas y un candidato a Gobernador

Al frente opositor que se había formado en 2004 y que integraban los empleados municipales de San Luis, cuyo intendente Carlos Ponce había enfrentado a Rodríguez Saá al insistir y lograr su reelección en la Municipalidad, se le sumaron docentes y representantes de los más diversos sectores sociales, lo que derivó en la llamada Multisectorial cuyas marchas fueron multitudinarias.

En ese espacio de expresión sobresalió la participación de la Iglesia puntana, con el Obispo Lona como abanderado, entonces junto al apoderado del obispado, Marcelo Shortrede, el abogado -ex docente en el Colegio Don Bosco- que había sido candidato a gobernador en 2003 por el Movimiento por la Patria y la Familia, un espacio cuya plataforma parecía repetir las homilías que se escuchaban en las iglesias y parroquias puntanas. Las urnas ya le habían dicho no a esa conexión político-religiosa: Shortrede sacó apenas 9285 votos, apenas el 5,54% del total.

Otras voces aportan información sobre un llamado telefónico y un encuentro cara a cara que fueron decisivos, luego de que el premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel encabezara una de esas marchas por las calles de San Luis.
De un lado del teléfono estaba el ex gobernador Adolfo Rodríguez Saá; del otro, en Italia, el ex Obispo Juan Rodolfo Laise. ¿De qué hablaron? Al parecer fue un diálogo para encauzar la situación que se vivía en San Luis, asumiendo cada uno el compromiso de aportar a un entendimiento.
El otro, el encuentro cara a cara, según otra fuente, sucedió en la Iglesia del Carmen, de noche, y lo protagonizaron el Obispo Lona y el gobernador Alberto Rodríguez Saá. En esa parroquia le habrían puesto punto final a esos años de enfrentamiento, aunque no al olvido.

Los años finales

Tras dejar el Obispado puntano en manos de Pedro Daniel Martínez en febrero de 2010, ya como Obispo emérito, Monseñor Lona se radicó en Mendoza desde donde se desempeñó como delegado regional de Cuyo para la Conferencia Episcopal Argentina.
Pero este año, desde hace varios meses atrás, los fieles católicos empezaron a recibir noticias referidas a un agravamiento de su salud, a través del grupo de whatsapp de la oficina de prensa del Obispado puntano.
En ese canal, el viernes al mediodía se difundió la noticia de su muerte: «Queridos hermanos. Nos acaban de comunicar que recién ha fallecido Monseñor Jorge Luis Lona. Recemos por su alma. Sin duda, ha dejado de sufrir. Nos unimos en la oración por su descanso eterno”.
Los restos del Obispo cuyo lema fue “Realizando la verdad en la caridad” descansan en la Iglesia Catedral. Su nombre quedará asociado a un idea: el Obispo que puso en jaque al poder albertista.

Dejá tu comentario