Son como hilos de una madeja que rueda por el suelo.
Se mezclan, se confunden, si se tira de uno se tiene la sensación de que se tira de otros, nadie sabe dónde terminan.
Los actores de esta columna parecen esos hilos, hilos de un mismo ovillo.
Tiremos del primero.
Al ex presidente Alberto Fernández le pesa por estas horas la sospecha más grave que le haya cabido a un ex presidente de la República: la de maltratar a su pareja.
Ni alrededor de las traumáticas separaciones de Domingo Faustino Sarmiento con su esposa Benita Martínez Pastoriza, o la de Julio Argentino Roca con su esposa Clara Funes sobrevoló semejante sospecha.
Según revelan medios porteños, los mensajes que aparecen en el teléfono de su secretaria privada en manos de la Justicia parecen probar hechos de violencia contra la ex primera dama.
Peor sospecha esa que la de corrupción, por la que esos teléfonos están en manos de los jueces.
Fue precisamente el ex presidente Fernández quien instaló la agenda de los derechos de las mujeres al crear ese ministerio.
«Hipocrecía de género» le dice el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
Para conducir ese ministerio requirió los servicios de la puntana Ayelén Mazzina. La nombró ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.
Mazzina era entonces la secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad del gobierno de San Luis, oficina que financió la realización en esta provincia del 35° Encuentro Plurinacional de Mujeres LTTBI y No Binaries.
Por ese acontecimiento el Estado puntano pagó un subsidio secreto -hasta que se rompió la confidencialidad- de 350 millones de pesos.
Fueron los años entre 2019 y 2022, años en que Alberto Rodríguez Saá creyó que había en ese colectivo y en esa demanda una sabrosa veta electoral.
Montado en ese discurso, convirtió a su diario familiar -entonces bajo la dirección de su hija- en un panfleto feminista.
Ese mismo medio hoy baja línea solapadamente desde su tapa en defensa del femicida Juan Carlos Solalinde, el gremialista que asesinó a su pareja, Johana Galdeano. Este martes al mediodía se conocerá la sentencia de ese juicio.
Un hilo más. El femicida Solalinde es defendido por el abogado Marcos Juárez, el mismo abogado defensor de los ex funcionarios denunciados y procesados por la Justicia por hechos de corrupción, y que tiene como presentación en WhatsApp una foto con el ex gobernador Rodríguez Saá.
Quien siga tirando de estos hilos ajusta aún más la madeja.
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