El cerebro detrás de la campaña propagandística del oficialismo puntano, el asesor comunicacional Gustavo Valenzuela, quien se encarga, además de la estrategia de comunicación, de la realización de encuestas que le muestran al Gobernador Alberto Rodríguez Saá lo que pasa en el territorio provincial, ha tenido que hacer virar la campaña hacia la imagen y presencia del propio Rodríguez Saá.
La campaña ha mutado. «La fuerza de la esperanza«, el nombre del frente electoral que nos recuerda el título del libro de Adolfo Pérez Esquivel, es apenas una línea más apuntada contra la desesperanza, la emoción que esas encuestas muestran como el estado de ánimo dominante en la sociedad en general.
El principal y verdadero protagonista de la campaña ha pasado a ser Alberto.
Por eso la metodología de campaña repite el modelo ganador de 2019, con actos departamentales con la presencia de los candidatos y saturación publicitaria en las redes sociales.
A tal punto que las imágenes que se utilizan del Gobernador para las gigantografías son las mismas de hace dos años atrás. Alberto aparece con la misma remera celeste.
Hay quienes creen que esto se debe a que las mediciones el oficialismo muestran que no alcanza con la ponderación positiva que el pueblo puntano hace de la marcha de la campaña de vacunación.
Tampoco alcanza con haber elegido como candidatos a quienes tienen los mejores niveles de todo el universo Terrazas.
No alcanza con los camiones hormigoneros echando cemento en cada rincón de la provincia. Y ni siquiera alcanza con la fragmentación de la oposición.
Alberto Rodríguez Saá, que el próximo sábado cumplirá 72 años, ha tenido que hacerse cargo de la campaña. Y eso lo pone en un duro trajín de visita a numerosas localidades y con un intenso programa de actos e inauguraciones.
Alberto es la figura excluyente del Gobierno: para él todos los elogios, y para él todas las críticas.
El Aleph de Terrazas.