El que pasó no fue un inicio de semana tranquilo para los funcionarios de Terrazas.
“Si hay algún funcionario que trabaja con nosotros y no nos vota, lo echan”, le escucharon decir, sin vueltas, al propio Gobernador Alberto Rodríguez Saá.
Una arenga de las ya conocidas a tres semanas de las elecciones y para evitar un relajamiento que complique el escenario, puede ser. Es posible, y forma parte de la lógica del ejercicio del poder político en tiempos electorales.
Los números de las mediciones no son los que se esperaban, y en cambio los funcionarios están relajados como si ya hubiesen ganado, también puede ser. De hecho, esta página señaló hace un par de semanas atrás que los funcionarios no parecen comprender el momento político y social que se vive.
Las fuentes directas e indirectas que referencian esa reunión de Gabinete, le dan crédito a esta última mirada.
Como sea, quienes escucharon esa reprimenda entendieron que algo pasa, que prefieren no hacer muchas preguntas, y que lo mejor es salir a hacer lo que tienen que hacer. Parece que la cosa viene complicada. Y así le conviene saberlo a los más de 700 funcionarios que habitan Terrazas del Portezuelo.
El riesgo que conlleva un escenario de alta polarización como el que se entrevé en esas mediciones, con números muy similares, incomoda al oficialismo.
Si bien la polarización no sería en términos de estructuras partidarias, no se enfrentarán sólo dos frentes sino ocho, resulta que lo que asoma son dos grandes frentes quedándose con dos enormes porciones de la gran torta electoral. Y el resto apenas dando algunos mordiscos.
Ese escenario es el que pretendía evitar el Gobernador cuando ya mediados de mayo pasado le decía en una entrevista radial a Dady Brieva: “…no creo que haya un blanco o negro” y a la par hablaba de un peronismo y de un radicalismo a la puntana, que no debían seguir las líneas que bajara la mirada política porteña.
Que la pandemia, que el mal momento del gobierno nacional resta, que es una elección intermedia, que setiembre es una encuesta, son algunas de las justificaciones a las que echan manos quienes creen que Terrazas tiene mucho más por hacer todavía y que el verdadero poder de fuego se verá en noviembre. Y apelan al recuerdo del 2017.
Cómo sea, admiten que esperaban un aporte más significativo en las proyecciones del resto de los opositores. No alcanza.
La disputa electoral se ha polarizado entre el oficialista «Fuerza San Luis» y el opositor «Unidos por San Luis» que lidera Claudio Poggi. Así lo muestran las encuestas propias y ajenas a dos semanas de las elecciones. Todo indica que esa polarización se profundizará aún más en noviembre.