Debe ser uno de los enredos institucionales más insólitos que se recuerde en varios años. Y si no estuviera de por medio la institucionalidad, ni la preocupación de los vecinos y del propio intendente, Ricardo Callegaro, sería gracioso.
Lo concreto es que un concejal de esa localidad dice que, con el voto de otro de sus pares, destituyó a dos concejales. Y ahora quiere que asuman sus reemplazantes. O sea, dos de los cuatros concejales se pusieron de acuerdo y dicen que expulsaron a los otros dos.
Expliquémoslo mejor. El Concejo Deliberante de El Volcán que nació en diciembre de 2019 tiene sus primeros cuatro concejales. Ellos son: Olinda Barroso, Jorge Scuka, Raúl Guzmán y Diego Gattavara. Por tratarse de una primera gestión legislativa en la historia, esos cargos se ocupan ad-honorem.
Barroso y Scuka son del oficialismo, Guzmán, del sector que responde a Claudio Poggi; y Gattavara, del Adolfismo.
Las discusiones vienen de larga data –si se puede decir mucho tiempo desde diciembre a la fecha- ya sea porque Guzmán reclamaba la renuncia de Barroso y Scuka a sus trabajos en la Municipalidad, en donde ambos llevan muchos años y cuyos ingresos les permiten afrontar sus gastos familiares, o porque existía un permanente desacuerdo en la validez de que la presidenta ejerciera su derecho a voto desde la banca, pidiendo su reemplazo momentáneo en la Presidencia, a la que después de votar volvía a ocupar.
Lo cierto es que uno de ellos, Guzmán, se quedó por razones de seguridad con el libro de Sesiones, argumentando que el edificio legislativo no era seguro, pese a que el recinto de sesiones está ubicado dentro del propio edificio municipal. Y entonces empezó a llevar un registro de las supuestas inasistencias de Barroso y Scuka.
Lo que siguió es una serie de acusaciones por el llenado de ese libro con supuestas sesiones de las que sólo habrían participado Guzmán y Gattavara, y una decisión que no encuentra antecedentes en la técnica legislativa hasta ahora conocida: con el argumento de que Barroso y Scuka faltaban a las sesiones, decidieron expulsarlos y solicitar su reemplazo con los concejales que los acompañaban en la lista. Sin mayoría especial ni más trámite que esa decisión.
Pero –si fuera un capítulo, este sería por mucho el de mayor rating- el Boletín Oficial provincial publicó la expulsión de los concejales, con lo cual Guzmán se hizo de una herramienta legal para exigir que se continúe con el proceso. Y el próximo jueves haría la convocatoria para que asuman los reemplazantes de Barroso y Scuka.
En lo concreto, ahora hay una denuncia por sustracción del libro de actas del Concejo Deliberante, registros de sesiones inexistentes y una destitución que, aseguran, no tiene rigor legal. Esa denuncia se tramita en el Juzgado de Instrucción en los Correccional y Contravencional Nº1, del doctor Marcelo Bustamante Marone.