Por Juan Civallero.
Aviador Pablo Teodoro Fels
1891 – 1969
Reseña histórica
Piloto más joven del mundo en obtener su licencia “brevete Nº 11” de piloto aviador internacional.
Obtuvo el record mundial de permanencia en vuelo sobre el agua al cruzar el Rio de La Plata de ida y vuelta un 1º de diciembre de 1912.
Un 2 de septiembre de 1917 repitió su proeza cruzando el Rio de La Plata uniendo las ciudades de Buenos Aires y Montevideo, llevando una saca que contenía 90 correspondencias, creando de esta manera el Primer Correo Aéreo Internacional Oficial.
Hijo de don Máximo Fels y Marta Menvielle, nacido el 8 de mayo de 1891 en la estancia Santa Rosa (localidad Conchillas), Departamento Colonia, República Oriental del Uruguay.
Era tan sólo un bebe de meses cuando llegó a la ciudad de Villa Mercedes, sólo por accidente nació en el hermano país uruguayo, sus padres se encontraban en un viaje de negocios. Fue bautizado y nacionalizado argentino en Villa Mercedes; la niñez y su adolescencia transcurrió en la estancia propiedad de su familia materna en el departamento Pedernera, provincia de San Luis.
En Villa Mercedes conoció a otro joven, que soñaba con volar, también hijo de una familia de comerciantes hacendados de Villa Mercedes, Manuel Félix Origone, quien iba a pensar que estos jovencitos serían los precursores de la aeronáutica Argentina y Latinoamérica.
Pablo Teodoro Fels, en su juventud fue enviado a Zúrich (Suiza), realizó estudios de ingeniería. En Europa tomó contacto con la aviación y siguió con entusiasmo los principales vuelos de la época donde fueron protagonistas Louis Charles Joseph Blériot, Arthur Charles Hubert Latham, Jorge Antonio Chávez Dartnell y Bertolomeo Cattaneo entre otros.
En 1911 regresó a Buenos Aires e inmediatamente se insertó en el ambiente aeronáutico local. Inició su actividad en Villa Lugano donde se relacionó con los pilotos Alfred Valletón, Max Paris LeClerc y Marcel André Paillette quien además fue su profesor. Relata el escritor Julio Víctor Lironi en su obra Génesis de la aviación argentina 1910-1915.
Su historia y sus hombres:
Una tarde, Fels preguntó a Paillette: ¿En cuánto tiempo aprenderé a volar?
En dos o tres meses — le respondió aquél.
Y aquí recordamos aquella extraordinaria anécdota:
¿Quién anda con mi Sommer? — exclamó Marcel Paillette al llegar una mañana a Villa Lugano y observar su avión en el aire.
—Fels — dijo alguien.
—¿Fels? — bramó el famoso maestro: «mais il est fou!», subrayó.
Pero no era así, a pesar de que el audaz alumno sólo había recibido dos lecciones hasta ese momento. Su vocación, su fogoso entusiasmo no exento, por supuesto, de audacia, había impulsado a Fels a sacar por su cuenta y riesgo el avión de su instructor para lanzarse al espacio.
Fels con tan solo 21 años de edad, en el mes de mayo de 1912, obtuvo su licencia de piloto internacional (brevet internacional de piloto aviador Nº 11), tiempo después se convertiría en el piloto más joven del mundo, en obtener su licencia.
Comenzó a realizar vuelos sobre la Ciudad de Buenos Aires, junto al Ing. Jorge Newbery y a su amigo Manuel Félix Origone, como así también tuvo la suerte de conocer y volar junto al piloto francés Roland Gárros que visitó Buenos Aires durante un tiempo, que luego en la Primer Guerra Mundial se convirtiera en héroe.
Creación de la Escuela de Aviación Militar participó en la Comisión Central Recolectora de Fondos Pro Flotilla Aero Militar Argentina encargada de formar nuestra aviación de ejército junto al General Luis José Dellepiane (1865-1941), Coronel Martín José Vicente Rodríguez (1869-1927) y sus jefes: Teniente coronel Enrique Carlos Alberto Mosconi (1877-1940) y Mayor Alejandro Pastor Obligado (1877-1940).
En 1912 le toco cumplir con el servicio militar obligatorio y fue enviado al Regimiento de Ingenieros en Campo de Mayo; rápidamente fue ascendido a Soldado Dragoneante por su colaboración en la creación de la Escuela Militar de Pilotos, con asiento en el Campo Aéreo del Palomar (actualmente ubicada en la Ciudad de Córdoba).
El joven soldado auspiciado por la empresa Picardo & Cia. obtuvo el record Argentino de altura.
En el mes de noviembre del mismo año, Pablo Teodoro Fels se encontraba planificando su vuelo a Montevideo en el más absoluto secreto. Era una proeza ardua y casi imposible para la época que con máxima reserva confió a unos pocos entre los que se encontraban Alberto y Alfredo F. Calisto, Juan Francisco Zuanich (ambos cronistas del diario La Nación) y Carlos Borcosque (corresponsal del diario La Argentina). Ello fueron los secretos colaboradores de su escapada a la capital Oriental.
En la medianoche del 30 de noviembre de 1912 Fels y los periodistas Borcosque, Zuanich y Calisto se reunieron en el Café-Restaurant Helvética ubicado en Av. Corrientes Nº 502 y esquina San Martín. Allí el piloto les comunicó que en pocas horas más cumpliría con la intención de llegar en vuelo a Montevideo con su Bleriot.
Izquierda: Chapa del comercio. Derecha: interior del restaurant, nótese sobre el mostrador la estatuilla de Bartolomé Mitre que era habitué del lugar.
En las primeras horas del 1º de diciembre se dirigieron hacia la casa de Fels en el barrio de Flores para retirar cuatro latas de combustible y a la 1hs. de la madrugada se trasladaron en un taxi hasta Morón donde adquirieron aceite castor para el motor del avión en la farmacia de Raffo y Scheffer.
Dado el mal estado de los caminos Fels y sus acompañantes debieron utilizar un carro lechero tipo break que los condujo hasta El Palomar. Y allí en penumbras el soldado Fels con la ayuda de su mecánico Eduardo Bordone sacó sigilosamente del hangar, cuyas puertas habían sido previamente aceitadas para prevenir ruido alguno, el Bleriot XI – Gnôme 50 hp.
Eran aproximadamente las 4:30hs. y ya estaba sigilosamente cargada la nafta y el aceite de castor en los respectivos tanques del aeroplano entre ahogados ruidos de latas y ladridos de perros cuidando en no llamar la atención del oficial de guardia ni del ingeniero Macías que allí descansaba por tener que volar a primera hora. Cuarenta minutos más tarde despegó llevando consigo un mapa arrancado de la vieja Guía Kraft, un salvavidas y un pequeño paquete de sándwiches en mano y un susto mayúsculo -según sus palabras- trepó al avión, y minutos después se elevaba rumbo a Colonia.
Eran a 8:10 hs. cuando se encontró a doce kilómetros antes de llegar a la costa uruguaya y puso rumbo hacia su ansiada meta: Montevideo. Dos horas y veintidós minutos más tarde el frágil aeroplano aterrizaba en Carrasco.
La proeza del joven piloto Puntano, había dejado atónicos a los habitantes del pueblo Uruguayo, rápidamente las noticias llegaron a Buenos Aires, el 2 de diciembre, una multitud se reunió en Montevideo para despedir al joven soldado, que emprendió su regreso a Buenos Airea cruzando nuevamente el peligroso estuario.
De vuelta en Buenos Aires una multitud lo esperaba, ya era un Héroe Nacional. El Ing. Jorge Newbery escribió en un diario de la época: “la hazaña del soldado Fels, fue increíble, realmente de mucho valor, eran pocas las posibilidades de salir con vida de esta proeza ya que es el rio más ancho del mundo y de poca navegación”.
Cuando aterrizó en el Palomar una multitud lo esperaba y lo ovacionaba, el Coronel Mosconi le pidió al Subteniente Manuel Felix Origone, amigo personal y coterráneo, que le diera la noticia de que va hacer arrestado y castigado, por haber desertado estando bajo bandera.
Obviamente antes de darle la noticia Origone se fundió en un abrazo, con el héroe Pablo Teodoro Fels. Luego fue trasladado al calabozo en el Regimiento de Campo de Mayo, donde era recibido con aplausos y gritos: “Viva el soldado Fels”.
El día 3 de diciembre fue visitado por el Ing. Newbery en el calabozo, los diarios del mundo publicaban la noticia: “soldado Argentino cruzo el Rio de La Plata en un aeroplano”.
De esta manera se hacía acreedor del record mundial de permanencia en vuelos sobre el agua, superando ampliamente al piloto francés Luis Bleriot, que en 1909 cruzo el Canal de La Mancha.
Ante tamaña hazaña de Fels, el Presidente de la época Roque Sáenz Peña, citó al soldado en su despacho de Casa Rosada, lo condecoro, le dio su libertad, y lo ascendió a Cabo del Ejército.
A la salida de la audiencia con el Presidente Roque Sáenz Peña, sobre las escalinata de la Casa Rosada, es entrevistado por periodistas de la revista Caras y Caretas, y allí le preguntan: “que es dudosa su nacionalidad, si era Argentino o Uruguayo” y Fels contesto: “nací en Uruguay por accidente, pero yo vengo de Villa Mercedes, Provincia de San Luis” (adjuntamos recorte de la revista Caras y Caretas publicada el 14 de diciembre de 1912).
Por aquel entonces se decía: “que los pioneros de la aviación hacían cosas de locos o privilegios de héroes”. En Buenos Aires el tango nacía junto con los albores de la aeronáutica, la proeza del joven puntano, inspiro a que se compusieran 2 tangos canción en su honor, uno titulado “Cabo Fels” y el otro “Don Teodoro”. El emblemático bar Tres Esquinas ubicado en el barrio de Barracas, lugar habitué del gran poeta Enrique Cadícamo, cambio rápidamente su nombre por el de Cabo Fels, ¡cómo no iba a ser así, sino se hablaba de otra cosa, era el héroe del momento, se hizo famoso el muchachito a fines del 12!.
Al cumplirse 1 año del cruce al Rio de La Plata, Fels organiza el raid aeronáutico Córdoba – San Luis, el mismo comenzó en enero de 1914, trasladándose de Buenos Airea a Córdoba por ferrocarril, llevando su aeroplano desarmado. La primera etapa del raid aeronáutico fue Córdoba Capital – Villa María, la segunda etapa Villa Mercedes, aterrizando un 26 de enero, atónicos los Mercedinos, recibían al joven soldado piloto, permaneció en Villa Mercedes, luego varios agasajos, hasta el 31 de enero, ese día, junto al joven puntano Guillermo Levinston, despegaron desde Villa Mercedes rumbo a San Luis, donde finalizaría el raid aeronáutico.
Estando en esta Capital Puntana, donde permaneció una semana fue recibido por las señoritas: Alric, Ojeda, Ortiz, Paladini, y Liceda, las que le entregaron un ramo de flores, al joven aviador. Fels invito a la joven señorita Alric a dar una vuelta en aeroplano, la cual accedió rápidamente, convirtiéndose de esta manera, la joven puntana en la primera mujer argentina, en realizar un vuelo en aeroplano.
Artículo de la revista “Caras y Caretas” publicada el 20 de febrero de 1914.
Fels, durante su estadía en San Luis participo de reuniones con los jóvenes de la época, fue agasajado con banquetes, un baile y un picnic en la localidad del Volcán (primer residencia de gobernadores), que se daban en su honor. El joven aviador le conto a un grupo de puntanos, personalidades de la época, que le habían pedido del ministerio de guerra de la nación que participase de los actos inaugurales del monumento al Ejercito de los Andes, enclavado en el serró de la gloria en la vecina provincia de Mendoza. La fecha de inauguración estaba prevista para el 12 de febrero de 1914, justo cuando se cumplían los 97 años de la Batalla de Chacabuco, clave en la liberación de Chile. Rápidamente un grupo de puntanos ilustres, diseñaron un volante que fue impreso en el reciente creado Diario “La Opinión” 16 de marzo de 1913, cuyo fundador fue Adolfo el Pampa Rodriguez Saa, ex gobernador de San Luis. Esta original idea dejaría atónitos a los mendocinos.
El 8 de febrero de 1914, Fels deja la ciudad de San Luis, intenta hacerlo en el aeroplano dirigiéndose a Mendoza, pero una ráfaga de viento se lo impide y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso, sufriendo daño el ala izquierda. Ese mismo día, debe trasladarse por la tarde, en tren. Estando en Mendoza, los periodistas de la época decían: ¡Llego el aviador Fels, procedente desde Buenos Aires! ¡Va a participar de la inauguración del monumento, el aviador rioplatense!. Él, escondía la caja que contenía el aeroplano desarmado y que debió trasladar por ferrocarril. Como así también tuvo que aclararles a los periodistas que no venía de Buenos Aires, lo hacía desde San Luis, los que quedaron sorprendidos y le aclaro que él era puntano. Se alojo en la estancia Los Tamarindos (actualmente “Aeropuerto Internacional del Plumerillo”), donde junto a su mecánico armaron el aeroplano y se prepararon para el histórico día. En la mañana del 12 de febrero, ante cañonazos, se anunciaba que comenzaban los actos por la inauguración del monumento, Fels y el piloto ilataliano Mario Casale, planificaban el vuelo que iban a realizar sobre el monumento. Aproximadamente a las 10 de la mañana de ese 12 de febrero de 1914 y ante una multitud, el gobernador de Mendoza, Ortega hijo, pronunciaba su discurso, el cual fue irrumpido por el ruido del aeroplano de Fels, las multitudes empezaron a gritar, nunca habían visto un aeroplano. El joven piloto puntano, realizo varias piruetas y desde su aeroplano arrojaba los volantes que portaban el saludo del pueblo de San Luis, al pueblo de Mendoza.
Quedaron todos maravillados por la hazaña de este piloto. Fels permaneció durante todo el mes de febrero en la vecina ciudad de Mendoza, donde recibió innumerables agasajos. El ingeniero Jorge Newbery , al enterarse de la estadía de Fels en Mendoza, le pide que lo espere, que no regrese a Buenos Aires, que él va a estar llegando a Mendoza el 20 de febrero de 1914, para realizar los estudios del proyecto del Cruce de los Andes en aeroplano, que él ingeniero había programado. Estando Newbery y planificando el cruce, un domingo de carnaval 1 de marzo de 1914, luego de un almuerzo que dio el gobernador de Mendoza en honor de los aviadores Jorge y Fels. Un grupo de señoritas de la aristocracias mendocina le pidieron al intrépido ingeniero Jorge que realizase un vuelo y piruetas, el ingeniero le contesto a las señoritas que él no había traído su aeroplano, rápidamente le contestaron que el joven Fels le preste el suyo; tanto el mecánico como Pablo Teodoro Fels, le advirtieron al ingeniero Newbery que el aeroplano había sufrido un daño y no podía virar a la izquierda, por lo tanto le recomendaron que no realizase el vuelo. El ingeniero no hizo caso a la sugerencia de Fels y su mecánico, ya que era una persona mucho más mayor, Fels tenía 23 años de edad y el ingeniero 38, era toda una personalidad. Ante el saludo de las jovencitas, despego en la estancia Los Tamarindos, realizo un par de piruetas y se precipito a tierra, pasando de esta manera pasando Jorge Newbery a la inmortalidad. Reconocido por años, como el padre de la Aviación Argentina. Este suceso marco para toda la vida al joven Fels.
Primer Correo Aéreo Internacional Oficial
Un 2 de septiembre de 1917, a os 26 años de edad, el joven piloto puntano, repite su hazaña, unir la ciudad de Buenos Aires con la de Montevideo, del vecino país uruguayo, cruzando el Rio de La Plata en su aeroplano, esta vez lleva consigo una saca que contenía 90 correspondencias que recibió al cierre de las oficinas de correos y telégrafos de Buenos Aires. Allí, se redacto un acta que fue sellada con el matasello, que contenía la frase: ¡Primer correo aéreo internacional de la República Argentina!. El joven, después de haber dejado fundado el primer correo aéreo oficial que registrase en la época, se caso y tuvo dos hijos. En la década del 20 creó una empresa de correos con cinco aviones. La crisis de 1929, que afecto al mundo entero, hizo que perdiera toda su fortuna. El intendente de la ciudad de Rosario, le tendió una mano y lo nombro Director de Parquímetro de la ciudad de Rosario. En la década del 50, ocupo cargos públicos en la dirección de aviación civil. Recibió reconocimientos y una pensión del gobierno uruguayo por su hazaña en los albores de la aviación. Viajo por varios países como representante del gobierno Argentino.
Fels falleció un 22 de julio de 1969. Desde ese momento, se hicieron diversas gestiones para que se levantase un monumento que horrara su memoria. Hasta estos días, no se pudo conseguir, a pesar que la municipalidad de Buenos Aires en la década del 70, dono un terreno en el cementerio de la Recoleta, para que allí se construyese el monumento. La sociedad Argentina, todavía tenemos esa deuda con el pionero de la aviación Argentina y Latinoamericana.
En marzo de 2016, el historiador aeronáutico “Eloy Martin” tomo fotografías de la abandonada sepultura de Pablo Teodoro Fels en el cementerio de Olivos (Buenos Aires). Eloy Martin cito una frase del célebre presidente norteamericano Thomas Jefferson: No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, lo que proporciona la felicidad.
Juan Jose Civalero (aficionado a la historia de los pioneros de la aeronáutica Argentina).