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Las últimas semanas de julio estuvieron marcadas por una gran inestabilidad en el mercado financiero argentino. Según el informe más reciente de la consultora ALPHA, la eliminación de las “Lefis” —una herramienta que usaban los bancos para manejar el dinero a muy corto plazo— dejó un vacío que desordenó el mercado y generó subas importantes en las tasas de interés.
Este cambio, sumado a la menor oferta de dólares por parte del sector agroexportador y una mayor demanda de divisas típicas en años electorales, hizo que el dólar subiera en promedio un 6% durante julio. A pesar de esto, desde ALPHA no esperan una disparada brusca, sino una presión constante que se mantendrá dentro de ciertos márgenes, sin necesidad de que el Banco Central venda dólares.
En cuanto a las tasas de interés, se encuentran en niveles muy altos. Esto se debe a que los bancos no tienen todavía un mecanismo claro para ubicar el exceso de dinero, lo que provoca subas repentinas en las tasas a un día. La expectativa es que estas tasas bajen un poco tras la próxima licitación del Tesoro, pero seguirán siendo elevadas mientras haya presión sobre el dólar.
Otro dato que destaca el informe es que la inflación mensual sigue cerca del 2%, incluso con el dólar en alza. Además, el riesgo país, que mide la confianza internacional en la economía argentina, no logra bajar como esperaba el Gobierno. Esto se debe, en parte, a la incertidumbre política en medio de la campaña electoral.
En el sistema bancario, hay señales mixtas: por un lado, los bancos mejoraron su rentabilidad y están prestando más, pero por otro, la calidad de los créditos a personas (como los préstamos personales y el uso de tarjetas) está empeorando, lo que indica que muchas personas tienen dificultades para pagar.
Finalmente, ALPHA resume el panorama de los próximos meses como un escenario con un dólar presionado pero contenido, tasas altas para desalentar la compra de divisas, inflación algo superior al 1,8% mensual, y un riesgo país que podría seguir elevado hasta después de las elecciones.
¿Qué eran las Lefis y por qué importaban?
Las Lefis (Letras de Regulación Monetaria) eran instrumentos que el Banco Central ofrecía a los bancos para absorber o inyectar dinero en el sistema financiero. Funcionaban como una especie de «depósito seguro» donde los bancos colocaban su dinero a muy corto plazo (generalmente un día), recibiendo a cambio una tasa mínima garantizada.
Esto permitía que los bancos no se quedaran con dinero ocioso y que pudieran manejar mejor sus necesidades diarias de efectivo, como si fuera una red de contención frente a desequilibrios temporales de liquidez.
¿Por qué eran importantes?
Porque ayudaban a mantener el orden en el mercado de dinero de corto plazo. Cuando los bancos tenían exceso de fondos, podían colocarlos en Lefis y ganar un interés sin riesgo. Y cuando necesitaban fondos, los retiraban. De esa manera, se evitaban grandes saltos en las tasas de interés.
Al eliminarlas, el Banco Central buscó tener un control más claro sobre la cantidad de dinero circulando, pero dejó a los bancos sin una herramienta clave para manejar su liquidez diaria. Eso generó una fuerte volatilidad en las tasas, desajustes en el mercado y, como consecuencia, presión sobre el dólar.
Ahora el desafío es encontrar un nuevo mecanismo que cumpla ese rol, pero sin volver al esquema anterior, que limitaba la política monetaria del BCRA.