Daniel PoderVeinticuatro. Ese es el número de actividades de las que participó el gobernador Claudio Poggi esta semana, hasta el viernes.
Sólo siete de esas actividades se desarrollaron en Casa de Gobierno. Las restantes diecisiete se hicieron en la calle, en seis localidades de la provincia: San Luis, Juana Koslay, Villa Mercedes, Alto Pelado, Zanjitas y Beazley.
Más aún, mientras esta nota se escribía Poggi andaba por el norte de la provincia, en San Martín, luego vendría a Juana Koslay y terminaría el sábado en actos oficiales en la ciudad de San Luis.
El que no lea en estos datos una nueva realidad política no ve lo que está pasando: el cambio.
Fue una agenda muy variada pero que siempre giró alrededor de los cuatro grandes ejes que marcan su gestión:
- generar condiciones para recuperar el crecimiento del sector privado.
- luchar contra la inseguridad y la droga.
- reconstruir el tejido social roto con políticas sobre educación, salud, vivienda, deporte, cultura, primera infancia, mayores y personas con discapacidad.
- recuperar y fortalecer la institucionalidad en San Luis.
Repite Poggi que esa intensa agenda de trabajo es su manera de concebir un gobierno, y uno entiende que más aún en el crítico contexto en el que encontró a la administración provincial.
Es también esa agenda todo un desafío para sus funcionarios, desde las primeras líneas ministeriales hasta los cargos de menor jerarquía. Que ellos se suban al tren de la gira que encabeza el propio Poggi es lo mínimo que uno podría esperar. También que, de mínima, sonrían para la foto.
En todo caso la pregunta es ¿tienen incorporado este chip de trabajo todos los funcionarios?. No resulta sencillo simular. Se nota en unos y en otros.
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Si hubo una nota periodística que tuvo repercusión esta semana en el ámbito político -incluso fuera de San Luis- fue la entrevista y las declaraciones que el intendente de Villa Mercedes, Maximiliano Frontera hizo en Cadena 3, la radio cordobesa que se escucha en un nuevo dial en San Luis (106.3 FM).
– ¿Usted quiso ir a una interna con Rodríguez Saá y lo corrieron, lo sacaron? ¿No le permiten competir? le preguntaron.
– Es una proscripción directamente. No es que solamente no me dejan competir, sino que están expulsando compañeros y de paso también hoy estoy suspendido, respondió Frontera.
Bastó su anunció de que competiría por la renovación de la conducción del Partido Justicialista de San Luis para que el Tribunal de Disciplina suspendiera su afiliación. Una mini Venezuela.
Esa medida tuvo una profunda repercusión no sólo en el ámbito político sino en el social, en el terreno doméstico, en el llano de la sociedad y en primer lugar de Villa Mercedes.
Frontera recibió innumerables mensajes de apoyo y de acompañamiento, tanto de dirigentes políticos como de vecinos, comerciantes y personalidades de esa ciudad, que tienen llegada a su teléfono. Otros se lo dijeron cara a cara en la semana.
Como si se liberara una energía contenida durante mucho tiempo. Una descarga.
Ya en octubre del año pasado esta página habló del proceso de destrucción que llevaba adelante Alberto Rodríguez Saá sobre la estructura justicialista. El título de aquel artículo fue El PJ San Luis: de la construcción colectiva a la destrucción individual.
Nada ha cambiado desde entonces. Por lo contrario, todo se radicalizó con el paso del tiempo y así lo demuestran las imágenes que reflejaron las pobrísimas convocatorias que obtuvo Rodríguez Saá en la sede partidaria que parece cada vez más espaciosa.
Hay una ausencia muy notoria en esos dos encuentros de la lista Celeste Unidad: la de Jorge «Gato» Fernández. El ex juez del Superior Tribunal y último candidato a gobernador no participó de ninguna de esas reuniones. Algunas fuentes aseguran en cambio que en su casa en Tilisarao se han realizado algunos encuentros políticos de dirigentes de Chacabuco, pero no más que eso.
También el ex candidato a gobernador Diego González -sublema Modelo Productivo, fórmula que integró junto al ex intendente de Merlo, Miguel “Rody” Flores, no estuvo en la sede partidaria y en cambio se abrió a la autocrítica días pasados.
En declaraciones formuladas a Apuntes de San Luis reconoció: – “Es cierto, todos no equivocamos, yo también, pero me hago cargo de la parte que me toca. ¿Por qué debo asumir yo o el militante de base los errores graves cometidos por la conducción del partido?”.
Hábil declarante, González admitió que la invitación partidaria es para seguir siendo parte de “un corso de aplaudidores”.
“Las equivocaciones no son de ahora sino de mucho tiempo atrás -dijo. Venimos perdiendo elección tras elección y llegamos a la del año pasado, en la que se perdió el gobierno. Sin embargo, los mismos que se dicen conducción y que dejaron de serlo, nos proponen que sigamos igual. Formando parte de un corso de aplaudidores, como si aquí no hubiera pasado nada”.
Esta semana la sede del PJ villamercedino estuvo colmada. La convocatoria fue un espaldarazo a Frontera que reclama poder participar de la interna por la presidencia del Justicialismo provincial. De hecho hubo más gente en ese acto que en la sede puntana en la convocatoria que hizo Rodríguez Saá.
Entre los dirigentes que estuvieron junto a Frontera se vio al ex vicegobernador, Eduardo Gastón Ramón Mones Ruiz y al ex rector de la UPRO en Villa Mercedes, Joaquín Surroca.
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Mientras la ex primera dama, Fabiola Yañez presentó en la Justicia un video en el que se la ve aplicándose hielo sobre su ojo derecho, hinchado y morado, material que se suma a la causa por violencia de género contra el ex presidente Alberto Fernández, la Cámara de Diputados de la provincia de San Luis invitó a la ex ministra de la Mujer, Ayelén Mazzina para que pueda contar su actuación en torno a los hechos de público conocimiento.
No se trata de una acusación, los diputados no son jueces; en cambio es una buena oportunidad para que la ex funcionaria de Alberto Rodríguez Saá puede dar su versión: Fabiola Yañez ya reveló públicamente y ante la Justicia que oportunamente le pidió ayuda a Mazzina, y que ella no hizo nada. «Te pedí por favor ayuda» cuenta Yañez que le dijo.
La diputada Gabriela Mancilla explica la invitación local. “Es pedir que pueda concurrir al recinto, sin tener la obligación, a contarnos cuál fue su intervención en los hechos. La hemos recibido en su momento, hablamos de proyectos, de temáticas. Hemos sido testigos de cómo el ex gobernador la presentaba y cómo han enarbolado y enarbolan un tema tan serio y fundamental como las políticas vinculadas a la mujer. Es un tema que la Justicia está trabajando” fundamentó.
Algunos de los diputados que aún responden a Rodríguez Saá se negaron a que Mazzina vaya a a contar su versión de los hechos, por considerarlo “chusmerío barato”.
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Si hubo otra señal de cambio de época esta semana fue la salida de María Angélica Torrontegui del Senado provincial.
La ex doble-intendenta de la ciudad de San Luis, se había asegurado un cargo -con su propio voto- como prosecretaria legislativa luego de perder su reelección como senadora por el departamento Pueyrredón.
Su salida tuvo también un fuerte correlato en las expresiones de satisfacción que se vieron en redes sociales, quizá porque su nombre quedó asociado indisolublemente al proceso político que comenzó hace 41 años atrás y al que la sociedad le puso fin en junio de 2023, con bastante de hartazgo.
Como sea hay que reconocer que su ascendencia política llegó a tal punto que, su apellido es uno de los pocos nombres de dirigentes de San Luis a los que la sociedad identifica anteponiéndoles un artículo. En su caso: “la”. La Torrontegui. Son pocos los casos.
Más razones tal vez para dimensionar el significado de su salida en clave de cambio.
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Todos Unidos es el único espacio político que participa del armado del gabinete provincial con dirigentes que se denuncian entre sí.
El partido demoró siete meses en completar el casillero asignado dentro de la estructura de gobierno. Finalmente llegó Alfonso Vergés al ministerio de Ciencia e Innovación.
Y en nueve meses esos dirigentes se han denunciado en no menos de cuatro oportunidades públicamente con acusaciones variadas, en cartas, documentos públicos y conferencias de prensa; se endilgan deshonestidad, falta de trabajo, y ahora violencia.
Falta conducción.
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