«¿Ir yo al sepelio de Borges?, ni loco. Yo soy peronista y ese es un viejo de mierda…».
(Respuesta de Oraldo Britos a la periodista del diario La Nación Sara Gallardo, el 18 de Junio de 1986 cuando cubría las exequias del escritor en Ginebra, Suiza).
En el año 2006 la editorial española Seix Barral publicó una nueva biografía sobre Jorge Luis Borges, que según muchos críticos literarios es la más completa de todas. Con casi 650 páginas se titula “Borges, una vida” y fue escrita por el titular de la Cátedra de Estudios Hispánicos de la Universidad de Oxford, Edwin Williamson.
En ese interesante ensayo el crítico ingles se nutre no sólo de la obra completa del escritor argentino, sino también de una extensa documentación, como cartas, ensayos y testimonios sobre su vida.
Como lector de –y sobre- Borges, al leerla me llamó mucho la atención acerca de un episodio –y juicio consiguiente- que relata casi al final de su libro. Williamson cuenta ahí que Borges -y que seguramente coincidiremos muchos de sus lectores, admiradores y hasta adversarios- “durante toda vida generó grandes polémicas y también lo hizo después de muerto….”.
Citando como fuente a la escritora argentina Sara Gallardo, cronista del diario La Nación y enviada a cubrir sus exequias con fecha 19 de Junio de 1986, Williamson escribió en su epílogo: “Una delegación oficial argentina, encabezada por el Ministro de Cultura y los embajadores en Suiza y las organizaciones internacionales de Ginebra, estuvo presente en el funeral. El Presidente de la Argentina, Raúl Alfonsín declaró duelo nacional como señal de respeto por la muerte del gran escritor argentino. No obstante, incluso en la muerte Borges no pudo escapar a la controversia política. Aunque se había enunciado que un representante del Partido Peronista se uniría a la delegación argentina en el funeral, no se presentó…” (ob. citada, paginas 535/36).
Ese representante peronista ausente no era otro que el puntano Oraldo Britos, presente en esa ciudad suiza por integrar, como Senador Nacional y Presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta, la delegación argentina en la Asamblea Anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se celebraba en esos días.
Casi 20 años después de aquel episodio, en el año 2006 tuve la oportunidad de entrevistarlo en mi programa de radio de entonces en Nuestra FM. Al recordarle esa historia sobre el sepelio de Borges y leyéndole al aire la nota escrita por Sara Gallardo, Oraldo me respondió con la sinceridad que lo caracterizaba. (A continuación podés escuchar esa entrevista).
Admitió su negativa y los motivos que tuvo para rechazar la invitación oficial. Le pregunte a continuación si habiendo transcurrido tanto años volvería a actuar de la misma manera, respondiéndome con la mayor franqueza y frescura: «No. Ahora los argentinos debemos reconciliarnos. Debemos superar tantos años de desencuentros, de enconos políticos y personales. Si volviera estar en aquella misma situación iría a sepelio de Jorge Luis Borges, pero aclarándole a todos los periodistas presentes que para mí, como peronista, Borges era un viejo de mierda…”(sic).
A través de esta anécdota personal vaya mi recuerdo y respeto a su persona y a su trayectoria, que lo muestra – a mi juicio- en toda su dimensión política y también humana. Quienes hemos militados en ideas y partidos políticos distintos a los suyos deberíamos concurrir hoy a sus exequias y, a diferencia de aquella opinión suya sobre Borges, decirle a los periodistas presentes que Oraldo Britos no fue sólo un gran político puntano, sino también una mejor persona.
Adiós Oraldo!!!.
Esta entrevista y el aporte histórico hecho por Juanjo,es de un importante valor para una revisión futura,