El calendario avanza hacia el 14 de noviembre y en Terrazas del Portezuelo sobrevuelan dos urgencias.
La primera viene de la mano del pronóstico del resultado electoral. Son desalentadores los números que acercan para su análisis a la mesa chica.
Es toda una señal ver al Gobernador Rodríguez Saá girando por La Pampa -foto con el Gobernador Sergio Ziliotto, o Buenos Aires y mirando de soslayo la campaña.
A dos semanas de las PASO Rodríguez Saá grabó un video en el que decía “no me da lo mismo cualquier resultado”, y repetía “votar a mis candidatos es votarme a mí”, “el candidato soy yo”. Su rostro -la misma imagen que se usó en la elección de 2019- aparecía en la cartelería que se multiplicó hasta el infinito en las calles y rutas de toda la provincia, visitó Las Lagunas y se replicó la misma puesta en escena en actos oficiales.
A dos semanas de la elección general está como desatendido de ese desafío que se viene. Algo de eso pareció intuirse de las palabras del propio Rodríguez Saá cuando tras la derrota electoral dijo que había instruido a sus funcionarios para que se encargaran de que la ayuda social le llegase a los puntanos.
Desapareció de los afiches, no recorre la provincia en campaña, intenta “deskirchnerizarse”, liberó el terreno de las elecciones municipales a que cada quien salve su ropa, pero nada de eso parece alcanzar.
Como si fuera poco, los contratiempos a partir del fallo de un Juez Federal, revelaron improvisaciones impensadas para un comando de campaña con esa experiencia y con esos recursos. Todo para replantearse.
La otra urgencia gira alrededor de los cambios de gabinete inmediatos a partir del 10 de diciembre.
Por un lado están quienes tendrán que asumir porque son candidatos y logren un lugar -más allá de los casos testimoniales que pudieran revelarse- y por otro lado, los funcionarios que no funcionan como les dice Cristina Kirchner. No es sólo un recambio de figuritas sino la primera imagen que dará el Gobierno de cómo piensa encarar los dos últimos años de Alberto Rodríguez Saá.
Algunas preguntas disparan muchas especulaciones.
¿Seguirá como hasta ahora con jóvenes sin experiencia política y más identificados con los countries que con los barrios?
¿Acudirá a experimentados dirigentes como Santiago Saín que esta semana sumió en el PAMI delegación San Luis y cuya llegada fue -al menos en las redes- una bocanada de aire fresco para los viejos dirigentes?
¿Terrazas abrirá su juego a otros frentes para un armado de gobierno más amplio o seguirá como un coto de los juniors?.