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Anabela Lucero, ex directora de la Casa de la Música y el Complejo Molino Fénix, la dirigente de mayor confianza y vínculo tanto con el ex gobernador Alberto Rodríguez Saá, como con su hijo Alberto, es la protagonista del hecho noticioso policial, político y judicial de la semana.
Esto a cuenta de que la Justicia ordenó allanamientos en propiedades a su nombre en el marco de una causa en que se investiga el vaciamiento del Molino Fénix y la Casa de la Música, espacios que dirigía como si de su propiedad privada se tratara -usó las habitaciones suite de ese complejo para irse a vivir con su familia mientras refaccionaba su casa.
Auditorías contables y legales que se llevaron adelante desde la administración provincial confirmaron una serie de irregularidades que ahora son investigadas por la Justicia.
Fruto de esos allanamientos se secuestró equipamiento que podría ser el material denunciado como robado o desaparecido de la Casa de la Música apenas unos días antes de que tuviera que dejar ese cargo por el cambio de gobierno.
Algunos párrafos de la denuncia son reveladores: “se cargaron innumerables equipos de la Casa de la Música saliendo por el portón de calle Pueyrredón, con destino a un taller de montajes industriales Tecmetal SRL, ubicado en colectora sur, kilómetro 696 de la Autopista de las Serranías Puntanas”. Ese lugar era utilizado por familiares de Lucero como depósito de mercaderías y otros elementos que se repartieron durante la campaña electoral.
Anabela Lucero fue la candidata de Rodríguez Saá (padre e hijo) para vencer a Maximiliano Frontera. Se sirvió de ese vínculo y se valió de infraestructura y recursos como si de una municipalidad paralela se tratara.
Tras perder esa elección, fue nuevamente candidateada por Rodríguez Saá, esta vez como parlamentaria del Mercosur. Por estos días encabeza como Consejera Titular 1 de la lista única para conducir al Justicialismo puntano.
La causa está en manos del fiscal José Olguín -sobre el recae el peso de la investigación-, e interviene el juez Santiago Ortiz.
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