A menos de 120 días para las elecciones, el Gobernador Rodríguez Saá empieza a sacrificar su gabinete «de jóvenes brillantes» para intentar cambiar la imagen que muestran las encuestas que está leyendo y desde que le preocupa el resultado de la elección del 11 de junio: la reprobación de la ciudadanía sobre buena parte de su gobierno, en particular en áreas como Salud.
Ya lo hizo en Seguridad, otra área blanco permanente de las críticas y al frente de cuya cartera sostuvo durante dos años y medio, contra todos los reclamos, al ex ministro Luciano Anastasi. Ni la desaparición de la nena Guadalupe Belén Lucero -de quien este martes se cumple un año y cuatro meses de su desaparición-, venció su tozudez.
Ya lo hizo en Campo y Producción y ahora lo hace en el área Salud con el reloj electoral marcándole los tiempos.
Es cierto también que las salidas de funcionarios y los actos de asunción de sus reemplazantes tienen algunas particularidades, a saber:
Primero, los funcionarios que son “echados” de su cargo, no se desvinculan del gobierno, sino que todos quedan contratados cobrando sueldos como si siguieran siendo ministros. Nadie se va, menos en tiempos electorales como estos.
Segundo, aun cuando se van porque sus gestiones han sido malas al extremo, Rodríguez Saá no deja de presentarlos por última vez como los “jóvenes brillantes de su gabinete”.
Será el lunes a las 13 otra oportunidad para escucharlo.
Niño, el dirigente k que el lunes asumirá en el ministerio de Salud, había quedado envuelto en un escándalo en julio del año pasado al conocerse que renunció a su cargo como asesor en el PAMI, luego de que habían pasado tres meses de que estaba nombrado como nuevo director de la Sociedad del Estado que administra el Hospital “Ramón Carrillo”.
Los propios empleados de esa oficina nacional habían expresado malestar con su inconducta ética: era empleado del PAMI y del Gobierno provincial simultáneamente.
Desde el lunes será el nuevo ministro de Salud.