Por primera vez en una elección legislativa el radicalismo no logró ingresar un diputado a la Cámara Baja.
Que eso sucediera no era descabellado. Hace casi dos meses atrás, el 18 de setiembre esta página desarrolló esa idea usando la metáfora del “cisne negro”, un evento sorpresivo, de gran impacto y que una vez racionalizado se entiende como previsible.
Ese análisis se hizo a partir de los resultados que habían dejado las elecciones PAS y teniendo en cuenta también el nuevo escenario planteado con el resultado de las elecciones PASO en la mano.
Veamos qué pasó con el radicalismo en cada departamento.
En el departamento Pueyrredón, Claudio Rocha cosechó 6038 votos, el 4,49%, prácticamente 40 puntos debajo de la lista de Unidos por San Luis que se repartió en partes iguales con Fuerza San Luis, las 10 bancas en juego. Hablamos de una diferencia de más 53 mil votos con el ganador.
En Junín, “Titina” Nicoletti quedó a 654 votos de lograr una banca para el radicalismo. No alcanzaron los 3237 votos que se estiraron hasta llegar al 16,33% en términos porcentuales.
En Pringles, Anita Ceratto con sólo el 12,90% de los votos, quedó a 800 votos de lograr una banca. Sacó 1146 votos.
En Dupuy la diferencia fue muy notoria. El radicalismo apenas cosechó 730 votos, con el 9,98%. Ni duplicando el resultado hubiera conseguido una banca para Marta Alfonso.
En Belgrano la cosecha fue de solo 64 votos, totalizando el 2,16% del total del electorado. Paola Lucero quedó en cuarto lugar y a más de 40 puntos del ganador.
Son interesantes los interrogantes que surgen a la vista de estos resultados en los que claramente se lee el pensamiento de la sociedad:
¿Qué harán las autoridades que condujeron al partido esta debacle electoral?.
¿Quién se hace cargo de estos resultados?.
¿Habrá autocrítica?.
¿Alguna renuncia para iniciar un nuevo proceso que reoriente el rumbo partidario?.
Dilemas radicales.
