El resultado de la elección del domingo pasado se presta para varias e interesantes lecturas. Han pasado siete días densos, con mucha información para procesar y la configuración de un nuevo escenario, terreno ideal para las más diversas especulaciones por parte de quienes hablan de política.
La primera observación surge del nivel de polarización que generó, tal como se preveía. Fue una elección hiper-polarizada en la que los dos principales frentes se quedaron con el 91,67% de los votos.
La diferencia a favor para el triunfo del Frente Unidos por San Luis fue de menos de medio punto: 0,49%, exactamente 1329 votos más que el Frente Fuerza San Luis. Un voto más por mesa y un soplido.
Es cierto que las elecciones en San Luis son desde hace varios años muy competitivas. Lejos quedaron en el tiempo aquellas elecciones en las que el Justicialismo iniciaba el comicio ganando la elección y terminaba la tarde festejando.
Estas estadísticas dan cuenta de esa aseveración: de las últimas seis elecciones el oficialismo ganó dos elecciones y la oposición ganó cuatro.
2017 PASO: Oposición 57,10% / Oficialismo 38,8%.
2017 General: Oficialismo 55,27% / Oposición: 43,15%.
2019 Gobernación: Oficialismo 42,34% / Poggi: 34,54% / Adolfo Rodríguez Saá: 22,03%.
2019 Diputados nacionales: Oposición 46,67% / Oficialismo 43,89%.
2021 PASO: Oposición 46,86% / Oficialismo 37,41%.
2021 General: Oposición 46,08% / Oficialismo 45,59%.
En cinco de seis elecciones el voto opositor -sumado- es mayoritario que el que cosecha el oficialismo. Pareciera que sólo -y nada menos- falta que la oposición se ponga de acuerdo.
Con estos resultados, alguien podría advertir que Claudio Poggi está a sólo 3,93 puntos de convertirse en gobernador en 2023, al pasar los 50 puntos.
También el oficialismo está cerca de retener la corona, necesita otros 4,41% de votos.
Por eso en un escenario que será nuevamente muy polarizado -así va a ser la elección a Gobernador 2023- es interesante ver quién logra sumar para sí la mayor cantidad de votos hoy desperdigados en frentes que jugaron con boleta corta, es decir sin candidatos a diputados nacionales propios. Hay unos 10 puntos para ir a recoger.
Son los votos que hoy se repartieron entre el Frente Nuevo, el MID, Movipro, Libres del Sur, NOS, GEN, Vecinos juntos por Mercedes, Proyecto Clase Media. Y también en ese paquete están los votos de Todos Unidos (1,34%) que llevó su propio candidato a diputado nacional, pero que es de imaginar, no querrá quedar nuevamente aplastado por el fenómeno de la polarización y buscará integrarse en uno de los frentes mayoritarios. Entre todos suman más de 25 mil votos en toda la provincia.
Otro actor tendrá su propio valor en el escenario 2023. Es el senador nacional, Adolfo Rodríguez Saá -claramente los votos de Todos Unidos no son su total de votos- que esta semana estuvo en la primera fila del acto de la Mesa de Trabajo Interministerial “Agenda Malvinas 40 años”, que encabezó el presidente Alberto Fernández, quien propuso definir en una PASO todas las candidaturas del Frente de Todos en 2023, incluida la presidencial.
¿Podría salir el próximo candidato a gobernador del peronismo puntano de una elección interna, como propone Fernández?; ¿Puede Terrazas -que fue el grupo perdedor en esta última elección- imponer el candidato a gobernador de todo el peronismo en 2023?
También será interesante ver qué decide hacer la Unión Cívica Radical, envuelta hoy en una crisis sin parangón luego de rasguñar cinco puntos y de quedar escandalosamente sospechada de connivencia con el oficialismo provincial, para hacerle perder la elección a Claudio Poggi y sacarlo de la mesa de juego 2023.
Cualquier acuerdo mínimo que hubiera cerrado con el frente opositor le hubiese resultado hoy más provechoso que el cero que consiguió en las urnas.
De cara al 2023, sólo Johana Gómez tiene razones ideológicas de peso, aún sacando sólo dos puntos, como para sostener la posición el Frente de Izquierda por fuera de los grupos que polarizan el escenario.
Hay en este camino otras tres paradas que merecen una foto porque concentran el 90 por ciento de los votos: San Luis, Villa Mercedes y el departamento Junín.
San Luis.
El último mensaje que enviaron las urnas en la ciudad de San Luis le dio al intendente Sergio Tamayo la posibilidad de contar con mayoría propia en el Concejo Deliberante y ya no necesitará de aliados extrapartidarios como lo fue su acuerdo con el radicalismo para sostener su gobierno en el plano legislativo.
“Tenemos gobernabilidad dicen en el entorno de intendente” para celebrar ese resultado de la elección de concejales: 4 de Fuerza San Luis y 3 de Unidos por San Luis.
Hasta ahí todo bien, pero el intendente sabe que post pandemia arranca otra gestión y que los desafíos que tendrá por delante son también muy estrictos, como en un “Juego del Calamar” político.
Villa Mercedes.
Maxi Frontera lleva recién dos años de gestión luego de un larguísimo período de gobierno y ascendencia política de Mario Raúl Merlo.
Ahora, como esta página señaló anteriormente, no alcanza con una buena gestión de gobierno y con la imagen de Maxi Frontera, si sus propios partidarios son quienes se encargan de bombardear su trabajo político.
Tres dirigentes de su espacio le hacen “guerra de guerrilla”. Dos ex funcionarios y una legisladora, todos con disímiles niveles de acceso a Terrazas del Portezuelo, se encargan de sembrar la incertidumbre en cada repartición provincial en esa ciudad augurando hasta una intervención de la Municipalidad de Villa Mercedes.
¿Será porque no logran digerir ese rol de Frontera en Villa Mercedes? ¿Tal vez sea por sus propias apetencias personales? Como sea, son lesivos; y esa actitud perjudicará la defensa política territorial del peronismo de cara a 2023.
Por el lado de Claudio Poggi, carece en esa ciudad de una figura que se encargue de la bajada territorial como la que Gastón Hissa o Martín Olivero pueden hacerle en la ciudad de San Luis o el departamento Pueyrredón.
En verdad, todos los candidatos de Poggi en Villa Mercedes dependen de su figura. Encontrar uno que lo represente será su desafío. Esa búsqueda de representación y de socios involucra a sus aliados villamercedinos que no forman parte de Avanzar.
En Junín.
La elección dejó en evidencia la existencia de una “UCR-Terracista” en ese departamento; en particular en Santa Rosa. Fue evidente que el voto radical estuvo dirigido al oficialista Fuerza San Luis.
Esa jugada la permitió al oficialismo provincial tener dos bancas en la Cámara de Diputados en representación de ese departamento, y dejó en retirada a la dirigente radical “Titina” Nicoletti que cosechó el 16,33% de los votos, la mitad que Unidos por San Luis.
Otra curiosidad en Santa Rosa fue que el Frente Nuevo obtuvo una banca de concejal por el Movimiento Evita.
No fue un tema menor en Merlo la renuncia a pocas horas de la elección del primer candidato a concejal, Matías Herrera. Se sintió en el resultado dejando al oficialismo municipal con la suma de una sola banca de cinco que había en disputa.
Claudio Poggi volvió a quedarse con el triunfo general en Junín fortaleciendo su vínculo con el ex intendente de Merlo, Sergio Guardia.
Coda.
Seguramente habrá otras lecturas accesorias que se puedan acompañar esta primera reflexión. Sin embargo, creemos que la centralidad está en la polarización, en el rumbo que el Gobierno pueda imprimirle a la gestión, y al reacomodamiento de las piezas políticas para la partida que se jugará en dos años.
Por ahora, rey y peón vuelven a la misma caja.