Cuatro días después de la fecha señalada como la del acto eleccionario que pone en suspenso al mundo, los ciudadanos de Estados Unidos tienen nuevo presidente: el demócrata Joe Biden. Y por primera vez en la historia, una mujer será su vicepresidenta: Kamala Harris.
En un escrutinio que estuvo signado por las infundadas denuncias de fraude que acusó el presidente Donald Trump, y que perdieron fuerza a las pocas horas, aún en las cadenas televisivas alineadas editorialmente con su gobierno, el candidato demócrata terminó por imponerse al superar los 270 representantes para el colegio electoral, quienes lo convertirán en el 46º presidente de los Estados Unidos.
Harris, su compañera de fórmula, tiene 55 años, nació en Oakland, California, y a la edad de 40 se convirtió en fiscal de San Francisco, la primera mujer y la primera persona de raza no blanca que se desempeñó en el cargo. Todo un logro en Estados Unidos.
Con todo, la mayor potencia armamentística del mundo sigue utilizando para elegir a sus gobernantes el anticuado sistema de voto indirecto, lo que no se condice ni con los altos estándares de la democracia en el siglo XXI, ni con la realidad efectiva y muchas veces ejemplar del funcionamiento de sus instituciones.
En cambio hay una interesante toma de posición por parte de los medios de comunicación para blanquear su línea editorial señalando por qué están a favor de determinado candidato. Posición editorial custodiada con rigor periodístico profesional.
Según Pauta, el digital chileno especializado en medios, por primera vez en la historia algunos medios optaron por romper su larga tradición de autonomía editorial. Otro hecho inédito.
¿Cómo fue ese reparto?
Joe Biden fue el elegido por los diarios –en formato papel y digital- con mayor flujo y lectores en el este y el oeste de los Estados Unidos. Entre ellos se destacan The New York Times, The Washington Post, Los Angeles Times y Boston Globe.
De los del norte del país mencionan al Chicago Sun Times y el Chicago Tribune, dos de los más leídos en Illinois en donde ganó Biden y se alzó con 20 representantes electorales. En esta oportunidad también la revista científica inglesa Nature y la norteamericana Scientific American, que durante 175 años nunca había transparentado sus apoyos, esta vez blanquearon su preferencia por Biden. También lo hizo el famoso USA Today, tras 38 años de vida.
Para Trump “jugaron” The New York Post, Washington Examiner y el Washington Times. Otros medios escritos más modestos como Santa Barbara News-Press, Las Vegas Review Journal y The Jewish Voice también adhirieron al republicano, más afín a las declaraciones explosivas y provocadoras a través de las redes sociales, que a la convivencia con el periodismo. Twitter llegó a advertir a los lectores que algunas de sus publicaciones podían contener información engañosa.
Medios como CBS News o Fox News no necesitan decir a quién están apoyando en las presidenciales, e incluso en el caso de Fox «nunca ha apoyado a Trump y nunca lo hará, pero su cobertura de la administración de Trump es un apoyo tácito», asegura uno de los estudiosos sobre medios que analizó los apoyos editoriales televisivos en esta campaña.
Cuando Donald Trump se impuso a Hillary Clinton en 2015, cuatro años atrás, la relación de sintonía editorial era 200 medios a favor para la candidata demócrata y sólo 6 para el republicano. Una lección que los demócratas aprendieron dolorsamente: se puede perder aun teniendo la casi totalidad de los medios a favor.