El cimbronazo -de magnitud catástrofe- que sacudió los cimientos radicales el 12 de septiembre sigue teniendo remezones políticos.
Esa performance, que en números se tradujo como la peor elección del radicalismo desde la vuelta de la democracia a la fecha (6,41%), provocó que, a las pocas horas, un grupo de dirigentes propusiera bajar la lista de candidatos a diputados nacionales y encolumnarse detrás del candidato opositor más votado y que ganó la elección PASO, Claudio Poggi.
Otro sector de ese partido, en cambio, parece decidido a mantener la postulación de José Riccardo, aún cuando las posibilidades electorales de cara al 14 de noviembre son nulas.
Estos son los factores que hacen inentendible esa obstinación: 1. Se le hace dificultoso sostener su armado en la provincia luego del escaso caudal de votos obtenidos (le son propios el 60% de ese 6,41%); 2. Los intendentes que juegan su pellejo político arriesgando sus mayorías en los concejos deliberantes van liberar sus votos para dejar que a sus candidatos los arrastre la boleta de Claudio Poggi; y 3. Algunas encuestas que ya manejan varios dirigentes anticipan una mayor polarización aún que en la elección pasada.
En las últimas horas se conoció un encuentro entre numerosos dirigentes radicales con el candidato de Unidos por San Luis, que debe ser leído en clave política.
El propio Poggi posteó en sus redes sociales una fotografía de ese encuentro al que definió como una “productiva reunión con importantes dirigentes del radicalismo de la provincia de San Luis”.
“Gracias por la invitación. Camino a las elecciones generales del próximo 14 de Noviembre!!!” posteó en twitter.