Escena 1.
Boris Johnson, primer ministro de Gran Bretaña aparece en una foto con una botella de champagne en la mano, en una de las reuniones festivas en la residencia oficial del Downing Street, en pleno confinamiento por la pandemia.
Un parlamentario lo cuestiona en la Cámara de los Comunes: el premier que ”miente en la Cámara de los Comunes debe renunciar”, y se desata otra tormenta política sobre la figura del gobernante inglés.
Escena 2.
La titular del PAMI, Luana Volnovich es fotografiada con su pareja el director Ejecutivo del PAMI, en un bar del caribe mexicano y el repudio en las redes estalla.
La expectativa era que los funcionarios -si se tomaban vacaciones- lo hicieran en un destino nacional debido al complejo escenario económico del país.
Escena 3.
En una escala de su viaje por el exterior junto al presidente Alberto Fernández, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof fue fotografiado en un café en España, y en las redes se multiplicó un “escrache” bajo la idea de que su provincia “se incendia” mientras él pasea en el Café de los Recoletos en Madrid. La sensibilidad social, al límite.
Escena 4.
En la semana que Guadalupe cumplió 6 años, desaparecida desde hace 8 meses, el ministro de Seguridad, Luciano Anastasi eligió salir a bailar. Así se lo vio el fin de semana en un boliche Sky, en compañía de otros dos funcionarios de primera línea del Gabinete provincial y una legisladora.
Es interesante hacerse una misma pregunta que tal vez tenga distinta respuesta.
- ¿Tienen derecho a salir de juerga?. Seguramente.
- ¿Tienen derecho a salir de juerga? Con un 50% de pobres y un cuadro social, económico y de inseguridad, tan delicado como el actual en San Luis, no. Y muchos menos mientras Guadalupe no aparezca.