26 de febrero: día de la Independencia de San Luis

por 26 de febrero de 2025
Foto: Cristian Martin / istockphoto
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Por Guillermo Genini
Integrante del Colectivo de Historiadores de San Luis
El proceso por el cual San Luis se declaró Estado independiente es uno de los más desconocidos y polémicos de la historia provincial. Se trata de una nueva definición de un acontecimiento que historiadores anteriores denominaron “autonomía” provincial. Sin embargo, el avance en la historiografía argentina nos permite afirmar que el 26 de febrero de 1820 puede ser considerada como la fecha de Independencia de San Luis, equiparando la historia provincial con la historia nacional.
La independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica, nombre asumido por la nueva entidad estatal el 9 de julio de 1816, proclamada formalmente en la ciudad de Tucumán por parte del Congreso General, representa en nuestra actualidad, la independencia de Argentina. Esta independencia fue el resultado de la rápida evolución política que tomó el proceso revolucionado estallado en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810 y forma parte del quiebre del orden colonial que vivió la América Española en su conjunto. Este hecho fue precedido por la Crisis de la Monarquía Española de 1808 iniciada con la invasión napoleónica del territorio metropolitano y la captura de los reyes Borbones.
A su vez, los protagonistas del proceso revolucionario intentaron crea un nuevo orden cuya forma republicana debía basarse en la detentación de una soberanía conformada como única e indivisible, formalmente expresada en una carta constitucional. Sin embargo, frente a este proyecto de base centralista, se alzaron los antiguos derechos de los pueblos que conformaron el territorio del Río de la Plata, que hundían sus raíces en las tradiciones hispánicas cuya identidad se equiparaba con las ciudades con Cabildo. Sobre esta realidad se conformó la tendencia hacia la federación, expresión que tomó forma en la prédica de José Gervasio de Artigas. Siguiendo al caudillo oriental, los antiguos pueblos reclamaban su derecho a ser reconocidos como sujeto de soberanía. San Luis era uno de estos pueblos.
Sobre este panorama en donde, desde 1810 convivieron conflictivamente estas dos tendencias, San Luis se mostró obediente a los gobiernos centrales instalados sucesivamente en Buenos Aires. Sin embargo, varios pueblos lograron antes de 1820 su independencia del gobierno central y realizaban bajo la forma de la prédica artiguista, un llamamiento a la conformación de una confederación de pueblos independientes, denominada en esa época como “federación”. El desenlace de este conflicto se produjo, para el caso de Cuyo, de manera fulminante y pacífica en 1820.
El orden revolucionario fue aceptado en Cuyo sin mayores resistencias en 1810. Desde entonces San Luis obedeció las directivas del gobierno central de Buenos Aires, y participó de sus órganos colectivos (Junta Grande, Asamblea del Año XIII, Congreso General) muchas veces cediendo su representación política a porteños. Así, formó parte de la Gobernación Intendencia de Cuyo, nueva unidad político-administrativa creada por el Segundo Triunvirato en noviembre de 1813, a cuyo mando se colocó en agosto de 1814 al Coronel José de San Martín.
San Martín hizo de esta Gobernación Intendencia su “eficiente unidad” sobre la cual cimentó la organización y sostenimiento de su empresa libertadora contando con una sólida obediencia de los pueblos cuyanos, teniendo a su frente partidarios de reconocida fidelidad: Vicente Dupuy en San Luis, Toribio de Luzuriaga en Mendoza y José Ignacio de la Roza en San Juan. Sin embargo, las tendencias hacia la federación se mantuvieron latentes, sobre todo cuando los artiguistas tomaron la ofensiva contra el gobierno central en 1819.
En San Luis, la tendencia federalista estuvo representado por los denominados “díscolos”, grupo entre los que se encontraban Tomas Baras, Santiago Funes y Dionisio Peñalosa, entre otros, según ha podido identificar Néstor Menéndez. Este grupo mantenía una discreta, pero firme oposición a Dupuy y sus apoyos locales. Pese a que aparentemente San Luis, bajo la dominación sanmartiniana de Cuyo, se encontraba firme junto al gobierno central (en San Luis se juró la Constitución centralista y promonárquica de 1819), su situación varió en poco tiempo.
La clave de este cambio fue la sublevación del Batallón Nº 1 de Cazadores de los Andes en la ciudad de San Juan el 9 de enero de 1820. Los Cazadores, depusieron al Teniente Gobernador José Ignacio de la Roza y de hecho separaron a San Juan de la obediencia de la capital intendencial de Mendoza. Frente a esta peligrosa situación, Dupuy y San Luis permanecieron fieles al gobierno de Mendoza. Sin embargo, de manera silenciosa la reacción contra Dupuy se gestó con rapidez y las propias tropas de milicias que Dupuy había reunido en el cuartel de la ciudad para enfrentar a los Cazadores, se sublevaron contra su mando y lo depusieron el 15 de febrero de 1820. Encadenado, fue encerrado en la cárcel del Cabildo y expulsado a Catamarca el 19 de febrero.
Este movimiento revolucionario implicó que, según se detalla en el Acta que se redactó el 15 de febrero, la deposición de Dupuy se realizó por “las violencias que sufrían” y que, legitimado por la movilización de vecinos y milicianos de la ciudad de San Luis, se convalidó que “que provisionalmente se eligiesen y nombrasen nuevos gobernantes”. Fue por ello que ese día se dispuso que el mando fuera ejercido por el Cabildo bajo la forma de Cabildo Gobernador.
Sin embargo, esta situación provisional debía ser ratificada por la mayoría por los vecinos, es decir por la parte principal y sana de la población, tanto de la ciudad como de la campaña. Este es el dato más relevante de la convocatoria que se realizó por parte del Cabildo Gobernador para el 26 de febrero: se llamó a todos los vecinos, en su mayoría propietario rurales, de la jurisdicción. Así la decisión que se tomara contaría con la legitimidad necesaria para conformar una voluntad general de todo el territorio puntano, principalmente de la campaña, lo que implicaba de hecho, toda la antigua jurisdicción del Cabildo de San Luis.
Para ello se acordó que esa trascendental asamblea se realizara once días después de la Revolución del 15 de febrero, tiempo suficiente para que todos esos vecinos de la campaña, desde Piedra Blanca al Río Quinto y desde la Botija al Río Desaguadero, pudieran ser notificados y pudieran llegar a la ciudad de San Luis para participar de la misma.
Como resultado de esta convocatoria, se re¬unió el 26 de febrero de 1820 en la Plaza de Armas de la ciudad de San Luis, actual Plaza Independencia, una inédita y extraordinaria concentración de vecinos y sectores populares que constituyeron un multitudinario Cabildo Abierto con representantes de la ciudad y la campaña, tal vez la más importante de la historia de San Luis, que debió durar varias horas. La enorme concurrencia (se registraron la firma 281 vecinos de la ciudad y de la campaña, a los cuales se debe sumar los curiosos, esclavos, peones y parientes que debieron acompañar a los patrones, jefes de familia y propietarios), a la cual Menéndez califica de popular, democrática y jubilosa, acordó que el nuevo Cabildo, apartados los miembros más nota¬bles que habían sostenido a Dupuy, asumiera la función de gobierno con las cuatro causas.
Este Cabildo Gobernador también asumió el poder para designar al Comandante de Armas y extinguió el empleo gubernativo que ejercía el Teniente Gobernador. Poco después comu¬nicaron a los demás pueblos, especialmente a Buenos Aires, Córdoba, San Juan y Mendoza, que esta nueva situación duraría “hasta la reunión nacional” y dejaron abierta la posibilidad que el Cabildo Gobernador, cuyo Alcalde de Primer Voto era Tomás Baras, nombrara un nuevo empleo de gobierno.
Si bien el término “independencia” no aparece en el Acta del 26 de febrero de 1820, pocos días después, en las comunicaciones oficiales remitidas a Mendoza el 1 de marzo se sostiene con toda claridad y sin lugar a dudas: “reunido el pueblo por diversas ocasiones // acordó que quedaba unido en el modo más solemne a las demás provincias federadas [y] que reasumida su soberanía, se declaraba el pueblo independiente de la que hasta aquí había sido capital de la provincia”. De hecho, con esta legitimación de los representantes de todo el territorio del nuevo Estado, comenzaba la vida del San Luis independiente.
Bibliografía
Genini, Guillermo (2019). Hacia el bicentenario de la independencia de San Luis: olvidos, granaderos y violencia, en Revista Kimun. Año V, N° 8. San Luis.
Genini, Guillermo (2022). San Luis, el nacimiento de una provincia cuyana, en Esteban Brizuela y René Galván (Coords.). Las provincias son noticias: orígenes de las catorce provincias históricas. Santiago del Estero, Bellas Alas.
Gez, Juan W. (1916). Historia de San Luis. Buenos Aires, Weiss y Preusche.
Menéndez, Néstor Pedro (2020). Así nació la Provincia de San Luis. San Luis, Pelegrino.
Verdo, Geneviéve (2016). Las independencias olvidadas: La Nación y las provincias en la época de la declaración, en ENTIN, Gabriel (Editor) Crear La Independencia. Historia de un Problema Argentino. Buenos Aires, Capital Intelectual.

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